1/08/2017, 15:42
A medida que la tela del kimono se rasgaba, formando una improvisada mini-falda, el rostro del Uchiha se iba poniendo cada vez más rojo.
—Tienes toda la razón, Datsue.
Rojo como un tomate, el Uchiha tan solo alcanzó a asentir con la cabeza. «Hay un asesino por ahí suelto y tú pensando en… Maldita sea, ¡concéntrate!» Pero no solo estaban hablando de un vulgar asesino. Tal y como decía Aiko, había algo mucho más importante: un hombre capaz de revivir a los muertos. O de controlarlos, al menos. Viese como se viese, aquello era una bomba, y Datsue ya se imaginaba cómo le recibirían en la Villa si lograba llevar el secreto de aquel poder a la aldea. «O bien podría venderlo a algún ricachón viudo y forrarme de pasta…»
Pero antes tenían que encontrarle. La habilidad de Aiko, en aquella ocasión, sí les resultó de utilidad. Tenía localizado al Cara de Rata, y allí se dirigieron sus pasos, veloces y raudos por los tejados de la ciudad. Al principio Datsue pensó que le costaría mantener el ritmo, pero para su agradable sorpresa la kunoichi no era especialmente rápida.
—Tened cuidado con el shinobi que les ayuda... —informó de pronto Aiko.
Datsue asintió en carrera.
—No te preocupes… Yo me encargo de él.
»Akame, ten cuidado con el shinobi que le ayuda —dijo a Akame, que estando a su derecha quizá no había oído bien a Aiko, a izquierda de Datsue. Luego, en voz más baja, para que solo él pudiese oírle, añadió:—. Dejo que tú te encargues de él…
—Tienes toda la razón, Datsue.
Rojo como un tomate, el Uchiha tan solo alcanzó a asentir con la cabeza. «Hay un asesino por ahí suelto y tú pensando en… Maldita sea, ¡concéntrate!» Pero no solo estaban hablando de un vulgar asesino. Tal y como decía Aiko, había algo mucho más importante: un hombre capaz de revivir a los muertos. O de controlarlos, al menos. Viese como se viese, aquello era una bomba, y Datsue ya se imaginaba cómo le recibirían en la Villa si lograba llevar el secreto de aquel poder a la aldea. «O bien podría venderlo a algún ricachón viudo y forrarme de pasta…»
Pero antes tenían que encontrarle. La habilidad de Aiko, en aquella ocasión, sí les resultó de utilidad. Tenía localizado al Cara de Rata, y allí se dirigieron sus pasos, veloces y raudos por los tejados de la ciudad. Al principio Datsue pensó que le costaría mantener el ritmo, pero para su agradable sorpresa la kunoichi no era especialmente rápida.
—Tened cuidado con el shinobi que les ayuda... —informó de pronto Aiko.
Datsue asintió en carrera.
—No te preocupes… Yo me encargo de él.
»Akame, ten cuidado con el shinobi que le ayuda —dijo a Akame, que estando a su derecha quizá no había oído bien a Aiko, a izquierda de Datsue. Luego, en voz más baja, para que solo él pudiese oírle, añadió:—. Dejo que tú te encargues de él…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado