1/08/2017, 21:09
Los genin, acorralados como corderos, tuvieron como única opción echar a correr, como si sus vidas dependieran de ello; rehuyendo de la posibilidad de encontrarse con más enemigos si decidían esperar a ver quiénes se precipitaban de las otras casas vecinas.
Y buena opción fue la de acortar camino mientras pudieran, puesto que poco después, las puertas contiguas a la casa número siete comenzaron a abrirse una tras otra dejando entrever un buen puñado de ciudadanos que vestían el mismo tipo de indumentaria que los sectarios del sótano ahora ungido en llamas, y que salían como hordas desde el interior de sus hogares. Quienes en su mayoría portaban cualquier utensilio que les fuera de utilidad para completar la tarea que sus hermanos, ahora convertidos en cenizas, no habían podido cumplir.
El grupo no tardó en congregar religiosamente a una docena de ellos por el flanco derecho, tan así que habrían podido cortar el avance de los genin y el timonel de no ser, probablemente, por la acción de Datsue. Y sin embargo, aún tenían a tres de esas escorias arremetiendo por la izquierda, a lo que Kaido no tuvo más remedio que apartar del camino a través de una de sus técnicas: el Mizurappa.
«Dragón → Tigre → Liebre» —y acompañado de su movimiento de manos, un potente hilacho de agua salió despedido de su boca, así como las llamas con las que Datsue había incinerado a sus enemigos. Pero ésta vez, el caudal acuoso actuaría como una potente riada que buscaría apartar a los tres sectarios de la izquierda y abrir así el camino de él y sus compañeros.
Y buena opción fue la de acortar camino mientras pudieran, puesto que poco después, las puertas contiguas a la casa número siete comenzaron a abrirse una tras otra dejando entrever un buen puñado de ciudadanos que vestían el mismo tipo de indumentaria que los sectarios del sótano ahora ungido en llamas, y que salían como hordas desde el interior de sus hogares. Quienes en su mayoría portaban cualquier utensilio que les fuera de utilidad para completar la tarea que sus hermanos, ahora convertidos en cenizas, no habían podido cumplir.
El grupo no tardó en congregar religiosamente a una docena de ellos por el flanco derecho, tan así que habrían podido cortar el avance de los genin y el timonel de no ser, probablemente, por la acción de Datsue. Y sin embargo, aún tenían a tres de esas escorias arremetiendo por la izquierda, a lo que Kaido no tuvo más remedio que apartar del camino a través de una de sus técnicas: el Mizurappa.
«Dragón → Tigre → Liebre» —y acompañado de su movimiento de manos, un potente hilacho de agua salió despedido de su boca, así como las llamas con las que Datsue había incinerado a sus enemigos. Pero ésta vez, el caudal acuoso actuaría como una potente riada que buscaría apartar a los tres sectarios de la izquierda y abrir así el camino de él y sus compañeros.