2/08/2017, 19:54
El Uchiha observó, boquiabierto, la ingente cantidad de energía espiritual que se acumulaba en el cuerpo de Satomu. Fluía con fuerza y rapidez, de una forma nada propia a la de un civil o siquiera un gennin. «Por todos los dioses de Oonindo, este tipo sabe utilizar chakra. Desde el principio lo supo... No es un vulgar artista». Luego su vista pasó a examinar las esculturas que tenía cerca, y lo que halló fue todavía más sorprendente. «Esa consistencia y uniformidad son realmente extraordinarias. No sé si un jounin sería capaz de hacer un Kage Bunshin tan formidablemente pulido. ¿Qué significa todo esto? ¿Acaso esas estatuas son, o fueron, ninjas? ¿Es por eso por lo que Nishijima nos buscaba?»
Por un momento, Akame no supo cómo reaccionar. La cantidad de información que acababa de reunir no era fácil de procesar, y desde luego menos todavía para un gennin como él. ¿Hasta dónde alcanzaban las implicaciones de aquella revelación?
Cuando el escultor volvió a girarse para encarar al grupo, Akame desactivó su Sharingan y sus ojos volvieron a aquel tono pizarra mate que los caracterizaba. Esperó pacientemente mientras Satomu se quejaba una y otra vez de su "falta de gusto" y otras tantas cosas que a él ya no le importaban un comino.
«Aquí está pasando algo muy raro, y no me da buena espina...»
Tan pronto como pudo se situó junto a Kotetsu —por puro instinto—. Era el único miembro de su Aldea que quedaba en la expedición y su primer apoyo en caso de necesidad. Cuando el escultor les dejó por fin a su aire, Akame se arrimó al espadachín y luego hizo un ligero gesto a Kaido para que se acercase. Al fin y al cabo, los tres estaban en aquello juntos.
—Este tipo sabe usar chakra —disparó, claro y conciso, intentando que sólo ellos tres pudieran oírle—. Lo he visto. Su chakra interno es fuerte y denso, trabajado, ejercitado. Y estas esculturas... Todas tienen chakra. No parece que sean clones, pero... Tienen chakra.
Probablemente a sus compañeros todo aquello le dijera tan poco como a él. Pero, si algo se torcía, prefería tenerlos informados.
—Eso que quiere hacer con nosotros, ya no tengo tan claro que sea inocuo.
Por un momento, Akame no supo cómo reaccionar. La cantidad de información que acababa de reunir no era fácil de procesar, y desde luego menos todavía para un gennin como él. ¿Hasta dónde alcanzaban las implicaciones de aquella revelación?
Cuando el escultor volvió a girarse para encarar al grupo, Akame desactivó su Sharingan y sus ojos volvieron a aquel tono pizarra mate que los caracterizaba. Esperó pacientemente mientras Satomu se quejaba una y otra vez de su "falta de gusto" y otras tantas cosas que a él ya no le importaban un comino.
«Aquí está pasando algo muy raro, y no me da buena espina...»
Tan pronto como pudo se situó junto a Kotetsu —por puro instinto—. Era el único miembro de su Aldea que quedaba en la expedición y su primer apoyo en caso de necesidad. Cuando el escultor les dejó por fin a su aire, Akame se arrimó al espadachín y luego hizo un ligero gesto a Kaido para que se acercase. Al fin y al cabo, los tres estaban en aquello juntos.
—Este tipo sabe usar chakra —disparó, claro y conciso, intentando que sólo ellos tres pudieran oírle—. Lo he visto. Su chakra interno es fuerte y denso, trabajado, ejercitado. Y estas esculturas... Todas tienen chakra. No parece que sean clones, pero... Tienen chakra.
Probablemente a sus compañeros todo aquello le dijera tan poco como a él. Pero, si algo se torcía, prefería tenerlos informados.
—Eso que quiere hacer con nosotros, ya no tengo tan claro que sea inocuo.