2/08/2017, 22:17
(Última modificación: 5/08/2017, 16:30 por Inuzuka Nabi.)
—Tienes razón, hubiese más lógico el evitarnos todo esto Pero entonces el combate no sería tan desafiante y divertido.
La expresión de Kotetsu era la de un loco, se estaba tomando el significado de todo aquello a la ligera, como si pelear solo fuera un juego para doparse de adrenalina. Estaba harapiento, lleno de sangre y con necesidad de asistencia médica inmediata y él y yo no eramos enemigos, pero se rehusó a rendirse.
Estaba más pendiente de sus heridas que de sus movimientos, tal vez hubiera visto la cegadora si no me hubiera tenido que preocupar de que no se muriese ahí mismo. El estadillo fue inmediato y, bueno, cegador. Di un paso atrás instintivamente y mi cuerpo se preparó, a sabiendas de lo que venía. En lo único en que podía pensar era en hacerle tragar sus estúpidas creencias y palabras, a la par que sus dientes.
Tras recibir el golpe en la mandibula ya me había recuperado del shock y no me hacía falta mucha visión para saber que lo tenía justo delante. Sin darle un segundo pensamiento me lancé sobre él soltando mi kodachi, sin golpear solo empujandole. Pero una patada en la rodilla me golpeó antes de poder arremeter siquiera y sin haber salido del aturdimiento siquiera.
La sucesión de golpes me dejó aún más aturdido obligándome a retroceder mientras parpadeaba rápidamente para recuperar la vista.
La expresión de Kotetsu era la de un loco, se estaba tomando el significado de todo aquello a la ligera, como si pelear solo fuera un juego para doparse de adrenalina. Estaba harapiento, lleno de sangre y con necesidad de asistencia médica inmediata y él y yo no eramos enemigos, pero se rehusó a rendirse.
Estaba más pendiente de sus heridas que de sus movimientos, tal vez hubiera visto la cegadora si no me hubiera tenido que preocupar de que no se muriese ahí mismo. El estadillo fue inmediato y, bueno, cegador. Di un paso atrás instintivamente y mi cuerpo se preparó, a sabiendas de lo que venía. En lo único en que podía pensar era en hacerle tragar sus estúpidas creencias y palabras, a la par que sus dientes.
Tras recibir el golpe en la mandibula ya me había recuperado del shock y no me hacía falta mucha visión para saber que lo tenía justo delante. Sin darle un segundo pensamiento me lancé sobre él soltando mi kodachi, sin golpear solo empujandole. Pero una patada en la rodilla me golpeó antes de poder arremeter siquiera y sin haber salido del aturdimiento siquiera.
La sucesión de golpes me dejó aún más aturdido obligándome a retroceder mientras parpadeaba rápidamente para recuperar la vista.
—Nabi—