3/08/2017, 14:07
— No, este lugar está deseando que tú lo disfrutes. Ven.
Fue lo que él contestó. Fue algo directo, no dijo nada más, ni el por qué debería disfrutarlo, ni por qué ese lugar lo quería. Solo aquella frase, y eso bastó para que la joven no supiese qué decir ni qué contestar, así que cuando él volvió a tirar de ella, Eri se dejó hacer.
Era extraño pues en el lago había una pequeña zona donde podían acceder a pie, justo en el medio; donde sin duda se dirigieron liderados por el rubio del dúo. Aquel lugar parecía especialmente hecho para las personas que lograsen ver aquella belleza, ya que cuando Nabi se acuclilló y segundos después lo hizo ella, pudo observar todo lo que se perdía desde uno de los extremos del lago.
La vida del mismo.
— Si nadie viese las cosas bellas, nadie apreciería la belleza que poseen.
— Creo que es la cosa con más sentido que has dicho desde que te conozco. — Bromeó la joven mientras le daba un pequeño golpe en el hombro. — Tienes razón, es precioso.
Con suavidad, dejó caer su mano en el interior del lago, ahuyentando a un par de peces que nadaban por ese lugar mientras el agua creaba unas pequeñas ondas, perturbando el agua cristalina que ahora reflejaba sus rostros de forma borrosa. Estaba fresca, pero no helada, si no a una temperatura agradable.
— Creo que he decidido no bañarme aquí, pero sí creo que probaré el agua. — Con delicadeza se descalzó y dejó sus botas a un lado, luego dejó caer uno de sus pies en el agua, mientras ella se hallaba sentada a un lado de la península en la que se encontraban. — ¿Te unes? — Preguntó cuando ya ambos pies estaban dentro del agua.
Fue lo que él contestó. Fue algo directo, no dijo nada más, ni el por qué debería disfrutarlo, ni por qué ese lugar lo quería. Solo aquella frase, y eso bastó para que la joven no supiese qué decir ni qué contestar, así que cuando él volvió a tirar de ella, Eri se dejó hacer.
Era extraño pues en el lago había una pequeña zona donde podían acceder a pie, justo en el medio; donde sin duda se dirigieron liderados por el rubio del dúo. Aquel lugar parecía especialmente hecho para las personas que lograsen ver aquella belleza, ya que cuando Nabi se acuclilló y segundos después lo hizo ella, pudo observar todo lo que se perdía desde uno de los extremos del lago.
La vida del mismo.
— Si nadie viese las cosas bellas, nadie apreciería la belleza que poseen.
— Creo que es la cosa con más sentido que has dicho desde que te conozco. — Bromeó la joven mientras le daba un pequeño golpe en el hombro. — Tienes razón, es precioso.
Con suavidad, dejó caer su mano en el interior del lago, ahuyentando a un par de peces que nadaban por ese lugar mientras el agua creaba unas pequeñas ondas, perturbando el agua cristalina que ahora reflejaba sus rostros de forma borrosa. Estaba fresca, pero no helada, si no a una temperatura agradable.
— Creo que he decidido no bañarme aquí, pero sí creo que probaré el agua. — Con delicadeza se descalzó y dejó sus botas a un lado, luego dejó caer uno de sus pies en el agua, mientras ella se hallaba sentada a un lado de la península en la que se encontraban. — ¿Te unes? — Preguntó cuando ya ambos pies estaban dentro del agua.