6/08/2017, 18:08
(Última modificación: 6/08/2017, 18:09 por Hanamura Kazuma.)
El Senju dio como respuesta un fuerte y claro silencio, dando a entender lo poco satisfecho que estaba con la reacción de su oponente. Evidencia de todo aquello fue la pequeña canica de metal que arrojo entre ambos. Un fuerte sonido se produjo, provocando que el de cabellos blancos se viese obligado a soltar su arma, interrumpiendo la carga de chakra mientras trataba de llevarse las manos a los oídos. Tanta fue la potencia del estallido que, luego de perder su espada, Kōtetsu se hinco y toco el suelo con su frente mientras sentía que la cabeza casi le estallaba.
En aquel instante pudo ver como su oponente se arrojaba hacia él, con intenciones de asestarle una patada. Para su fortuna, la ofensiva paso por encima de él, provocando una fuerte brisa pero sin llegar a hacerle daño.
Cuando el dolor comenzaba a reducirse a un molesto pitido, el Hakagurē tomo una bomba de humo y la arrojo entre él y el sitio donde había aterrizado su oponente luego de aquel gran salto. Aquello le daría tiempo suficiente para tomar su espada y atravesar aquella negra nube, con intenciones de sorprender y atacar a su oponente, buscando una estocada certera en algun punto del torso.
“Aun puedo continuar”, pensó con determinación, mientras se esforzaba por ignorar el dolor físico.
Ya le había quedado claro que utilizar sus técnicas habituales resultaba impráctico en combate, por lo que se veía en necesidad de recurrir a un enfoque más práctico, el viejo atacar fuerte y rápido.
En aquel instante pudo ver como su oponente se arrojaba hacia él, con intenciones de asestarle una patada. Para su fortuna, la ofensiva paso por encima de él, provocando una fuerte brisa pero sin llegar a hacerle daño.
Cuando el dolor comenzaba a reducirse a un molesto pitido, el Hakagurē tomo una bomba de humo y la arrojo entre él y el sitio donde había aterrizado su oponente luego de aquel gran salto. Aquello le daría tiempo suficiente para tomar su espada y atravesar aquella negra nube, con intenciones de sorprender y atacar a su oponente, buscando una estocada certera en algun punto del torso.
“Aun puedo continuar”, pensó con determinación, mientras se esforzaba por ignorar el dolor físico.
Ya le había quedado claro que utilizar sus técnicas habituales resultaba impráctico en combate, por lo que se veía en necesidad de recurrir a un enfoque más práctico, el viejo atacar fuerte y rápido.