6/08/2017, 23:42
—Bueno, ya hablaremos de eso cuando termine el torneo —zanjó Datsue, y por algún motivo que se le escapaba parecía realmente malhumorado—. Entonces, ¿qué opináis? ¿Tenéis a alguien por quien queráis apostar? —preguntó, volviendo al tema inicial—. Si tenéis curiosidad, luego os puedo decir cuánto han apostado por vosotras… Tengo toda la lista de apuestas apuntada en un pergamino.
Ayame torció ligeramente el gesto y apartó la mirada.
—No sé... —murmuró, indecisa—. Nunca he sido muy amiga de las apuestas. Y además —añadió, bajando aún más la voz y mirando a su alrededor por si hubiera alguien que pudiera estar escuchándoles—, ese es uno de los tres tabúes ninja. Ya sabes, como el alcohol y los... "desvaríos amorosos". ¿Verdad, Koko-san? —preguntó a su compañera de aldea, buscando la cooperación de la joven, que se había mantenido sumida en un profundo silencio hasta el momento.
Ayame torció ligeramente el gesto y apartó la mirada.
—No sé... —murmuró, indecisa—. Nunca he sido muy amiga de las apuestas. Y además —añadió, bajando aún más la voz y mirando a su alrededor por si hubiera alguien que pudiera estar escuchándoles—, ese es uno de los tres tabúes ninja. Ya sabes, como el alcohol y los... "desvaríos amorosos". ¿Verdad, Koko-san? —preguntó a su compañera de aldea, buscando la cooperación de la joven, que se había mantenido sumida en un profundo silencio hasta el momento.