7/08/2017, 14:23
Estábamos en un espacio cerrado, no podía huir y estaba herido. Solo quedaba esperar y que se rindiera o se desmayase. Cuando Kotetsu atravesó la nube de humo el silencio se apoderó del estadio. Silencio en el ring, silencio entre el público y el silencio menos valorado era el que la katana no dejaba de cortar con los tensos movimientos de las manos de Kotetsu.
Su sangre abandonaba su cuerpo, su sudor corría libre por su esfuerzo por mantenerse firme y alerta, el público parecía estar concentrado en un punto concreto del ring. Miraban ese punto y a Kotetsu, esperando algún tipo de reacción. Una explosión, una confrontación... Que nunca llegó.
La tensión fue disminuyendo hasta que empezaron los susurros. Los más expertos sabían que ese era el momento crítico, cuando la tensión empezase a desvanecerse, ¿qué haría Kotetsu? ¿Cuanto podría durar en guardia?
Seguía sin haber rastro de mi. Ni un silbido ni un sonido de un paso mal dado, como mucho alguna piedrecilla caía del muro de tierra que empezaba a perder consistencia.
¿Donde estaba el lobo feroz?
Su sangre abandonaba su cuerpo, su sudor corría libre por su esfuerzo por mantenerse firme y alerta, el público parecía estar concentrado en un punto concreto del ring. Miraban ese punto y a Kotetsu, esperando algún tipo de reacción. Una explosión, una confrontación... Que nunca llegó.
La tensión fue disminuyendo hasta que empezaron los susurros. Los más expertos sabían que ese era el momento crítico, cuando la tensión empezase a desvanecerse, ¿qué haría Kotetsu? ¿Cuanto podría durar en guardia?
Seguía sin haber rastro de mi. Ni un silbido ni un sonido de un paso mal dado, como mucho alguna piedrecilla caía del muro de tierra que empezaba a perder consistencia.
¿Donde estaba el lobo feroz?
—Nabi—