7/08/2017, 15:49
Piedra, piedra, y más piedra. Ahí a dónde volteara, piedra. Escritorio de piedra, vasijas, muebles y artilugios varios. El corazón de Akame, entre otras.
Más adelante, los genin se encontraron con tres taburetes dispuestos frente a Satomu, donde sus compañeros pasaron a tomar asiento, y él, a último, hizo lo propio. No podía dejar de mirar las esculturas, como si alguna de ellas fuera a saltarles a la yugular en cualquier momento. Desconfiaba, y hacía bien en hacerlo.
Finalmente, el anciano comenzó su proceso artístico de recolección de datos —como si aquello tuviera algo que ver con montar una estatua de piedra— y dejó al aire una serie de preguntas que si bien en un principio parecían simples, con cada agregado se iban transformando en interrogantes profundas y personales.
Akame fue el primero en responder, seco, escueto, sin develar más de lo que ya se sabía. Kaido intentó hacer lo mismo.
—A los débiles y a los pusilánimes. Siempre disfruto un buen combate. ¿Mi mayor ambición? ser tan o más fuerte que aquellos quienes controlan todo desde arriba, en las altas esferas de poder —luego, tuvo que pensárselo mejor. Tardó unos segundos y continuó—. ha sido todo un desafío patear el culo de todo el que decide hacer mofa de mi asombrosa apariencia, pero de a poco lo he ido logrando. No he tenido ningún trauma importante y alguien como yo nunca estará cerca de morir.
»Tampoco he matado a nadie —miró fijamente a Satomu, con coraje contenido—. pero podría pasar más pronto de lo que usted imagina.
Más adelante, los genin se encontraron con tres taburetes dispuestos frente a Satomu, donde sus compañeros pasaron a tomar asiento, y él, a último, hizo lo propio. No podía dejar de mirar las esculturas, como si alguna de ellas fuera a saltarles a la yugular en cualquier momento. Desconfiaba, y hacía bien en hacerlo.
Finalmente, el anciano comenzó su proceso artístico de recolección de datos —como si aquello tuviera algo que ver con montar una estatua de piedra— y dejó al aire una serie de preguntas que si bien en un principio parecían simples, con cada agregado se iban transformando en interrogantes profundas y personales.
Akame fue el primero en responder, seco, escueto, sin develar más de lo que ya se sabía. Kaido intentó hacer lo mismo.
—A los débiles y a los pusilánimes. Siempre disfruto un buen combate. ¿Mi mayor ambición? ser tan o más fuerte que aquellos quienes controlan todo desde arriba, en las altas esferas de poder —luego, tuvo que pensárselo mejor. Tardó unos segundos y continuó—. ha sido todo un desafío patear el culo de todo el que decide hacer mofa de mi asombrosa apariencia, pero de a poco lo he ido logrando. No he tenido ningún trauma importante y alguien como yo nunca estará cerca de morir.
»Tampoco he matado a nadie —miró fijamente a Satomu, con coraje contenido—. pero podría pasar más pronto de lo que usted imagina.