8/08/2017, 20:20
(Última modificación: 8/08/2017, 20:22 por Inuzuka Nabi.)
Era obvio para todos que las heridas de Kotetsu no se iban a curar sin atención médica. La cantidad de cortes que tenía de mi primera técnica eran más de los que podías contar con los dedos de las manos y de los pies y encima ahora contaba con medio agujero en el pecho.
Sin contar el estar dando vueltas y embistiendo arriba y abajo, con eso sus heridas habrían hecho de todo menos cerrarse. Solo me quedaba esperar pacientemente, y a ver quien tenía más paciencia. Él, yo o los kages. Por suerte para mi no había límite de tiempo.
Sin contar el estar dando vueltas y embistiendo arriba y abajo, con eso sus heridas habrían hecho de todo menos cerrarse. Solo me quedaba esperar pacientemente, y a ver quien tenía más paciencia. Él, yo o los kages. Por suerte para mi no había límite de tiempo.
—Nabi—