9/08/2017, 20:16
(Última modificación: 9/08/2017, 20:16 por Inuzuka Nabi.)
Era un truco demasiado obvio quizás, esperaba que lo esquivase como mínimo. Pero desde luego no esperaba lo que estaba a punto de pasar. Primero pensé que le daría, puesto que sí se había tragado lo del shuriken, sin embargo, tambien pensó que podía ser una triquiñuela y se giró antes de lo esperado.
No solo me esquivó sino que extendió sus manos como su pensara que podía cogerme y de hecho, sus manos se pegaron a mi y por un momento incluso pensé que me detenía. Pero ya podía ser que no lo había calculado bien o que estaba demasiado centrado en agarrarse a mi que olvidó agarrarse igual de bien al tronco o que yo iba a toda velocidad impulsado con mi propio chakra o lo que fuera que sus manos se pegaron a mi pero sus pies se despegaron del tronco.
Él salió despedido del tronco pero yo había perdido todo sentido del equilibrio aereo o lo que fuera y encima estaba pegado a un kuseño. Con lo cual ninguno de los dos estabamos en posición de agarrarnos a nada y caimos como peso muerto, directos al suelo. Solo nos quedaba pelearnos por ver quien quedaba abajo, aunque no es que fueramos a hacernos ningún daño cuando todo el suelo era una extensión de enormes charcos de barro.
— ¿Peroooo quéee haaaaces?
Fue mi grito de guerra para cuando caiamos, usé toda mi voluntad para no cagarme en todos sus muertos que hubieran salido del sepulcro.
—Nabi—