9/08/2017, 21:23
La chica buscó por las calles el rastro, inocente. Su compañero improvisado de equipo preguntó si de nuevo podría alcanzar a encontrarlos con sus mariposas, pero era difícil saberlo. Debían encontrar al menos un misero rastro, o de lo contrario se zafarían de su visión a causa de conocimiento de por dónde moverse en esa asquerosa urbe infestada de cloacas. Sin duda, era una de las peores situaciones posibles, de nuevo iban a escapar...
Pero, lejos de ser la peor situación, todo fue a peor. La mirada petrificada de Akame sobrepasó por un instante el hombro de la chica, y casi sin palabras alzó la mano, señalando bruscamente su signo de atención. La chica no pudo evitar mirar hacia donde éste señalaba, y al fin éste alcanzó a soltar palabras. Reclamaba su atención, allí tras ella estaba el maldito sicario que parecía ser el ninja.
La chica también quedó algo petrificada, puesto que para nada esperaba que éste hubiese llegado hasta ellos con tanta facilidad. Pero, qué mas se puede esperar de un ninja que tenía como encargo proteger a un individuo tan detestable... seguro que estaba mas que prevenido.
El hombre, frío e imponente, advirtió a los chicos que se fuesen a casa. No titubeaba, hablaba totalmente en serio, no dudaría en atacar... su mirada lo decía.
La chica sin embargo hacía algún tiempo atrás que había perdido su sentido de la supervivencia, para bien o para mal. Llevaba tiempo que no temía a casi nada de lo que concerniese a su integridad física, puesto que tarde o temprano regresaba a la vida. Quizás el mercenario no llegase a entender porqué su capacidad de intimidación no llegaba a saborear el miedo de la chica, pero así fue. La pelirroja, lejos de retroceder, mantuvo cierta calma y se giró, encarando a su oponente.
—¿Marcharme a casa...? ¡Ni hablar! —replicó la pelirroja. —No pienso dejar que un tarado como ese mafioso del tres al cuarto ande secuestrando a un inocente por las buenas, y mucho menos que se haga con el control de esa habilidad que posee el músico...
»No sé si eres shinobi o que mierdas eres, pero lo que tengo claro es que voy a liberar a ese músico.
La chica alzó la guardia, valiente o realmente estúpida...
—Hamaka, no te involucres... puedo apañarmelas sola. Vete tan rápido como puedas a por esa ayuda.
Obviamente, eso iba para Akame, intentando no dar a conocer su verdadero nombre. Quizás una tontería, quizás no tanto... ¿ser daría cuenta de lo intencionado su compañero?
Pero, lejos de ser la peor situación, todo fue a peor. La mirada petrificada de Akame sobrepasó por un instante el hombro de la chica, y casi sin palabras alzó la mano, señalando bruscamente su signo de atención. La chica no pudo evitar mirar hacia donde éste señalaba, y al fin éste alcanzó a soltar palabras. Reclamaba su atención, allí tras ella estaba el maldito sicario que parecía ser el ninja.
La chica también quedó algo petrificada, puesto que para nada esperaba que éste hubiese llegado hasta ellos con tanta facilidad. Pero, qué mas se puede esperar de un ninja que tenía como encargo proteger a un individuo tan detestable... seguro que estaba mas que prevenido.
El hombre, frío e imponente, advirtió a los chicos que se fuesen a casa. No titubeaba, hablaba totalmente en serio, no dudaría en atacar... su mirada lo decía.
La chica sin embargo hacía algún tiempo atrás que había perdido su sentido de la supervivencia, para bien o para mal. Llevaba tiempo que no temía a casi nada de lo que concerniese a su integridad física, puesto que tarde o temprano regresaba a la vida. Quizás el mercenario no llegase a entender porqué su capacidad de intimidación no llegaba a saborear el miedo de la chica, pero así fue. La pelirroja, lejos de retroceder, mantuvo cierta calma y se giró, encarando a su oponente.
—¿Marcharme a casa...? ¡Ni hablar! —replicó la pelirroja. —No pienso dejar que un tarado como ese mafioso del tres al cuarto ande secuestrando a un inocente por las buenas, y mucho menos que se haga con el control de esa habilidad que posee el músico...
»No sé si eres shinobi o que mierdas eres, pero lo que tengo claro es que voy a liberar a ese músico.
La chica alzó la guardia, valiente o realmente estúpida...
—Hamaka, no te involucres... puedo apañarmelas sola. Vete tan rápido como puedas a por esa ayuda.
Obviamente, eso iba para Akame, intentando no dar a conocer su verdadero nombre. Quizás una tontería, quizás no tanto... ¿ser daría cuenta de lo intencionado su compañero?
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)