9/08/2017, 23:22
Akame, lejos de hacer caso a la advertencia de la chica, tomó la iniciativa de la pelirroja de esconder el verdadero nombre para llamar la atención de su compañera, y advirtió que era una muy mala idea. Parecía realmente afectado por la presencia del hombre, y realmente no era para menos. Se veía realmente fuerte, y no dudaba en absoluto. Sin embargo, eso no parecía haber achantado al Uchiha en atacar. Desenfundó su espada, y arremetió en una carrera hacia el tipo para cuando éste les indicó que se acercasen.
La chica también, que encaraba al susodicho, se cruzó de brazos. Aguardó apenas un segundo, y los estiró con fuerza. En sus manos, unas espadas cortas se hicieron tangibles a base de papeles. Ésta también corrió hacia su enemigo, sin ver que la carrera de su compañero se detuvo metros antes de confrontar físicamente a su oponente... su espada voló, surcando las distancias con un silbido de lo mas singular.
La chica, mordió su labio inferior, y en plena carrera comenzó a descomponerse parcialmente en papeles. Apenas estuviese a eso de cuatro metros de éste, los papeles circundantes formarían a otra chica exactamente igual a Aiko, e incluso con sus mismas armas.
—¡Yiiiiiaaaaaaah!
Sendas kunoichis dieron unos pasos hacia los flancos, y se cernirían sobre su oponente con un tajo con su mano interior hacia afuera, buscando herir al matón a la altura del estómago con la espada. Aunque no fuesen de metal, su filo era digno de cuidado.
La chica también, que encaraba al susodicho, se cruzó de brazos. Aguardó apenas un segundo, y los estiró con fuerza. En sus manos, unas espadas cortas se hicieron tangibles a base de papeles. Ésta también corrió hacia su enemigo, sin ver que la carrera de su compañero se detuvo metros antes de confrontar físicamente a su oponente... su espada voló, surcando las distancias con un silbido de lo mas singular.
La chica, mordió su labio inferior, y en plena carrera comenzó a descomponerse parcialmente en papeles. Apenas estuviese a eso de cuatro metros de éste, los papeles circundantes formarían a otra chica exactamente igual a Aiko, e incluso con sus mismas armas.
—¡Yiiiiiaaaaaaah!
Sendas kunoichis dieron unos pasos hacia los flancos, y se cernirían sobre su oponente con un tajo con su mano interior hacia afuera, buscando herir al matón a la altura del estómago con la espada. Aunque no fuesen de metal, su filo era digno de cuidado.