9/08/2017, 23:30
—Tiene sentido, ya que amas a tu villa, eso es lo que caracteriza a un Kage. Vamos, o eso creo yo.
— No creo que el único requisito para intentar colarme bajo ese sombrero sea amar a mi villa. Supongo que necesitaras un buen historial de misiones, referencias y, no sé, que te haga caso la gente. Me faltan todos los requisitos y el último no creo que sea salvable por el simple esfuerzo.
—No es un mal plan . Espero que algún día hagas alguna escultura para mí
Con un movimiento y sin esforzarse siquiera, en su mano creó una pluma tan fina y tan majestuosa que parecía de sus alas de angel. Y con la gracilidad de un ente divino me cedió el tremendo honor de poder tener en mis manos su obra de arte. Contemplé como se mecía levemente con el viento antes de llegar a mis manos, al tocarme sentí el frio que desprendía. La fina hoja aguantó unos segundos valerosamente sin deshacerse, pero finalmente empezó a escurrirse entre mis dedos en forma de agua.
—Ahora te toca a ti.
— Primero dudo mucho que jamás en mi vida pueda igualar tu destreza para crear cosas hermosas. Yo soy más de hacer cosas grandes y robustas. La elegancia supongo que se la quedó mi hermano gemelo perdido.
Me levanté tras ella, contemplando el escenario con ella al frente.
—Creo que es hora de que nos marchemos a dormir, Nabi-kun; se hace tarde y... . La verdad es que tengo mucho sueño.
— Por supuesto, perdona por robarte tiempo de descanso. Volvamos.
Hicimos el camino de vuelta en la mitad de tiempo que antes, puede que porque estabamos más descansados o porque ya nos sabíamos la senda que debíamos seguir. Llegamos y nos fuimos a dormir cenando algo en un momento y poco más había que decir. La verdad es que lo único que sentía eran los pies, y dolían.
— No creo que el único requisito para intentar colarme bajo ese sombrero sea amar a mi villa. Supongo que necesitaras un buen historial de misiones, referencias y, no sé, que te haga caso la gente. Me faltan todos los requisitos y el último no creo que sea salvable por el simple esfuerzo.
—No es un mal plan . Espero que algún día hagas alguna escultura para mí
Con un movimiento y sin esforzarse siquiera, en su mano creó una pluma tan fina y tan majestuosa que parecía de sus alas de angel. Y con la gracilidad de un ente divino me cedió el tremendo honor de poder tener en mis manos su obra de arte. Contemplé como se mecía levemente con el viento antes de llegar a mis manos, al tocarme sentí el frio que desprendía. La fina hoja aguantó unos segundos valerosamente sin deshacerse, pero finalmente empezó a escurrirse entre mis dedos en forma de agua.
—Ahora te toca a ti.
— Primero dudo mucho que jamás en mi vida pueda igualar tu destreza para crear cosas hermosas. Yo soy más de hacer cosas grandes y robustas. La elegancia supongo que se la quedó mi hermano gemelo perdido.
Me levanté tras ella, contemplando el escenario con ella al frente.
—Creo que es hora de que nos marchemos a dormir, Nabi-kun; se hace tarde y... . La verdad es que tengo mucho sueño.
— Por supuesto, perdona por robarte tiempo de descanso. Volvamos.
Hicimos el camino de vuelta en la mitad de tiempo que antes, puede que porque estabamos más descansados o porque ya nos sabíamos la senda que debíamos seguir. Llegamos y nos fuimos a dormir cenando algo en un momento y poco más había que decir. La verdad es que lo único que sentía eran los pies, y dolían.
—Nabi—