10/08/2017, 19:52
Akame contestó que se encontraba bien ante la pregunta de la chica, tras ello aclaró que no quería matarlos. Obvio, las habilidades de ese hombre sobrepasaban con creces a ambos shinobis, y de haberlo querido... solo Aiko habría sobrevivido. Obviamente, no habría llegado a matarla del todo, ella tenía un as bajo la manga mucho mejor que ese músico con su instrumento azabache. Ya podría haberse ensañado con ambos, pero no, no quiso hacerlo...
—Era... realmente fuerte... —admitió la pelirroja.
Los guardias había terminado de detener a los mercenarios que había llegado a atrapar con las manos en la masa, fregando y limpiando los estropicios de su jefe. Datsue cortó la leve mirada de la chica al interior, preguntando si ésta había conseguido al menos poner una de sus mariposas en el jefe o en el músico. La chica dejó caer un suspiro que claramente reflejaba su estado de animo, abatida.
—No... no pude... el shinobi nos pilló en los tejados, y no tuvimos opción alguna... —escupió, desanimada. —Aunque hubiese podido encajar una de mis mariposas en el jefe, del mismo golpe que me propinó perdí la consciencia... habría fallado el enlace, y estaría en las mismas...
»ese maldito...
Uno de los guardas salió a toda prisa a hacer algo a petición del que parecía tener mas rango. Poco después, Akame cayó al suelo como si le flaqueasen las fuerzas. No era de extrañar, la verdad. Éste, desde el suelo, inquirió necesitar una cama.
—...y un medico. —añadió la chica.
Dejó caer un suspiro, y resignada se dejó caer también al suelo, apoyando su espalda con la pared.
—¿Por qué no nos habrá matado...? Hemos visto su rostro y el rostro del jefe... no tiene sentido...
—Era... realmente fuerte... —admitió la pelirroja.
Los guardias había terminado de detener a los mercenarios que había llegado a atrapar con las manos en la masa, fregando y limpiando los estropicios de su jefe. Datsue cortó la leve mirada de la chica al interior, preguntando si ésta había conseguido al menos poner una de sus mariposas en el jefe o en el músico. La chica dejó caer un suspiro que claramente reflejaba su estado de animo, abatida.
—No... no pude... el shinobi nos pilló en los tejados, y no tuvimos opción alguna... —escupió, desanimada. —Aunque hubiese podido encajar una de mis mariposas en el jefe, del mismo golpe que me propinó perdí la consciencia... habría fallado el enlace, y estaría en las mismas...
»ese maldito...
Uno de los guardas salió a toda prisa a hacer algo a petición del que parecía tener mas rango. Poco después, Akame cayó al suelo como si le flaqueasen las fuerzas. No era de extrañar, la verdad. Éste, desde el suelo, inquirió necesitar una cama.
—...y un medico. —añadió la chica.
Dejó caer un suspiro, y resignada se dejó caer también al suelo, apoyando su espalda con la pared.
—¿Por qué no nos habrá matado...? Hemos visto su rostro y el rostro del jefe... no tiene sentido...