10/08/2017, 21:05
Akame, ni corto ni perezoso también había caído en cuenta. Éste había dado aún mas vueltas al asunto que la chica, o al menos eso pareció cuando respondió lo que tenía en mente. Como bien decía éste, podía ser que el maldito simplemente no quisiese ser perseguido por haber matado a un par de genin, o simplemente era un shinobi completando una misión de infiltración. Fuese como fuese, lo que contaba es que estaban vivos... ¿no?
—Lo único que se... es que me falta mucho entrenamiento... no he sido capaz ni de ver su movimiento... —confesó, mas dolida por ese hecho que por el golpe en sí.
Datsue pareció querer excusarse de que el jefe y su matón personal no estuviesen allí. Como si los soldados hubiesen venido bajo una amenaza o algo. Éstos no parecieron demasiado contentos ante la situación. El mismo cabecilla aclaró que ni al asesino de la anterior noche tenían, puesto que de éste no quedaban mas que vísceras, huesos y algún que otro trozo de carne que bien podía ser de cerdo, jabalí o algún otro animal. Razón no le faltaba, hasta la bolsa de tela era un deshecho...
El hombre se quejó de que los chicos le habían fastidiado la ronda matutina para nada. Cuando buenamente éstos había conseguido atrapar a dos sicarios del jefe, así como un cadáver como prueba discriminatoria. ¿Qué mas querían? ¿Un fajo de billetes pequeños sin marcar?
Al diablo con la lealtad al servicio... eso es lo que parecía querer decir.
Poco tardaron en llegar los refuerzos, siendo éstos dos soldados mas apenas. El jefe de éstos les dedicó unas palabras a los que recién llegaban, y justo después de ello uno de los mencionados echó elegantemente al grupo de genins. Sin titubeos, y casi a patadas, éste inquirió que se fuesen a ver un médico, lejos de preocuparse por la salud de los jóvenes, solo quería que se fuesen.
Akame, casi indignado, no mucho mas que el resto, sugirió a ambos también que se fuesen a otro sitio. A duras penas se había podido levantar, pero lo hizo y comenzó a andar. Aiko no fue menos, después de todo, su ritmo de recuperación era mucho mejor... Se levantó, y caminó al igual que el Uchiha.
—Os acordáis de lo que os dije, ¿verdad? —se quejó a ambos, refiriéndose a la lealtad de éstos para con su trabajo.
¿Estarían sobornados?
—Lo único que se... es que me falta mucho entrenamiento... no he sido capaz ni de ver su movimiento... —confesó, mas dolida por ese hecho que por el golpe en sí.
Datsue pareció querer excusarse de que el jefe y su matón personal no estuviesen allí. Como si los soldados hubiesen venido bajo una amenaza o algo. Éstos no parecieron demasiado contentos ante la situación. El mismo cabecilla aclaró que ni al asesino de la anterior noche tenían, puesto que de éste no quedaban mas que vísceras, huesos y algún que otro trozo de carne que bien podía ser de cerdo, jabalí o algún otro animal. Razón no le faltaba, hasta la bolsa de tela era un deshecho...
El hombre se quejó de que los chicos le habían fastidiado la ronda matutina para nada. Cuando buenamente éstos había conseguido atrapar a dos sicarios del jefe, así como un cadáver como prueba discriminatoria. ¿Qué mas querían? ¿Un fajo de billetes pequeños sin marcar?
Al diablo con la lealtad al servicio... eso es lo que parecía querer decir.
Poco tardaron en llegar los refuerzos, siendo éstos dos soldados mas apenas. El jefe de éstos les dedicó unas palabras a los que recién llegaban, y justo después de ello uno de los mencionados echó elegantemente al grupo de genins. Sin titubeos, y casi a patadas, éste inquirió que se fuesen a ver un médico, lejos de preocuparse por la salud de los jóvenes, solo quería que se fuesen.
Akame, casi indignado, no mucho mas que el resto, sugirió a ambos también que se fuesen a otro sitio. A duras penas se había podido levantar, pero lo hizo y comenzó a andar. Aiko no fue menos, después de todo, su ritmo de recuperación era mucho mejor... Se levantó, y caminó al igual que el Uchiha.
—Os acordáis de lo que os dije, ¿verdad? —se quejó a ambos, refiriéndose a la lealtad de éstos para con su trabajo.
¿Estarían sobornados?