10/08/2017, 22:52
— Todavía queda un rato, Nabi-kun —
— Pero un rato es un rato y al empezar eran tres días, y ahora se acaban y me siento tan solo tan solo tan soloooooo... Porque tú te iras por tu lado y yo por el mio, y la tensión de los combates ¿y si nos toca pegarnos y Gouna-sama me obliga a pelear pinchandome con un kunai si intento rendirme? Esas cosas son las que no me dejan dormir. Quiero pelear por mi villa, no CONTRA mi villa. No sé cómo se les ocurrió dejar los emparejamientos al azar sin siquiera separarnos por villas.
Tras un milisegundo de repensamiento llegué hasta la verdad, la verdad tras el torneo, tras estos estúpidos y macabros combates de emparejamiento aleatorio.
— ¡Claro! Para que los de Amegakure y Kusagakure se maten entre ellos. Bueno, entonces admito que la idea no está tan mal, pero deberían habernos excluido. Uzuneses matandose entre ellos habrase visto.
Contra más me acercaba al valle más imagenes de amigos Uzushiogakurenses a los que nunca había tenido ningún tipo de aprecio ni relación pero sus caras me sonaban y aparecian uno a uno sonriendo como si fueran subnormales haciendo que me diese un poco más de pena tener que matarlos. Estaba el libro con un Uchiha pegado, la katana con un samurái pegado, mi primo lejano pero no tan guapo como yo, Senju Riko, Sakamoto Noemi, el Uchiha que se cree muy gracioso Haskoz y despues, por encima de toda esta calaña, porque eso es lo que era Uzu en comparación a Eri, y si los de Uzu eramos calaña en comparación a Eri-himesamasenpai, entonces Kusa y Ame eran mierda, pero no mierda cagada, sino mierda de podrido, de feo, de viscoso, de que algo lleva mil años alimentandose y cagandose de su propia mierda y vomita cada vez que come de esa mierda.
— Solo nos queda un pequeño trecho de camino, Nabi-kun. Antes de mediodía estaremos allí.
— Y todo se habra acabado, lo sé.
Hice mi mejor esfuerzo por no llorar de pura tristeza, ojala pudieramos vivir para siempre de viaje solos Eri y yo, pero al mismo tiempo sentía que debía proteger esa estúpida villa que me había criado y gracias a la cual había conocido a la única e inigualable Eri-hime. Estúpida mejor villa del puto universo.
— Pero un rato es un rato y al empezar eran tres días, y ahora se acaban y me siento tan solo tan solo tan soloooooo... Porque tú te iras por tu lado y yo por el mio, y la tensión de los combates ¿y si nos toca pegarnos y Gouna-sama me obliga a pelear pinchandome con un kunai si intento rendirme? Esas cosas son las que no me dejan dormir. Quiero pelear por mi villa, no CONTRA mi villa. No sé cómo se les ocurrió dejar los emparejamientos al azar sin siquiera separarnos por villas.
Tras un milisegundo de repensamiento llegué hasta la verdad, la verdad tras el torneo, tras estos estúpidos y macabros combates de emparejamiento aleatorio.
— ¡Claro! Para que los de Amegakure y Kusagakure se maten entre ellos. Bueno, entonces admito que la idea no está tan mal, pero deberían habernos excluido. Uzuneses matandose entre ellos habrase visto.
Contra más me acercaba al valle más imagenes de amigos Uzushiogakurenses a los que nunca había tenido ningún tipo de aprecio ni relación pero sus caras me sonaban y aparecian uno a uno sonriendo como si fueran subnormales haciendo que me diese un poco más de pena tener que matarlos. Estaba el libro con un Uchiha pegado, la katana con un samurái pegado, mi primo lejano pero no tan guapo como yo, Senju Riko, Sakamoto Noemi, el Uchiha que se cree muy gracioso Haskoz y despues, por encima de toda esta calaña, porque eso es lo que era Uzu en comparación a Eri, y si los de Uzu eramos calaña en comparación a Eri-himesamasenpai, entonces Kusa y Ame eran mierda, pero no mierda cagada, sino mierda de podrido, de feo, de viscoso, de que algo lleva mil años alimentandose y cagandose de su propia mierda y vomita cada vez que come de esa mierda.
— Solo nos queda un pequeño trecho de camino, Nabi-kun. Antes de mediodía estaremos allí.
— Y todo se habra acabado, lo sé.
Hice mi mejor esfuerzo por no llorar de pura tristeza, ojala pudieramos vivir para siempre de viaje solos Eri y yo, pero al mismo tiempo sentía que debía proteger esa estúpida villa que me había criado y gracias a la cual había conocido a la única e inigualable Eri-hime. Estúpida mejor villa del puto universo.
—Nabi—