18/08/2017, 02:28
Por un momento Karamaru pensó que había logrado ejercer suficiente fuerza como para tirar a su rival al suelo, pero menos de un segundo después del golpe se percató con rapidez de que Kaido tenía más cosas preparadas. O mejor dicho, improvisadas, porque con esa reacción parecía ser que era rápido de reflejos y pensamientos.
El cuerpo de aquella especie de tiburón humano tomó un punto de apoyo con el que soportar el movimiento y mantener la estabilidad, y lanzó una patada rápida e imposible de esquivar. Pero el calvo también era rápido de reflejos, lo suficiente como para correr ambos brazos y contener el golpe. La piel picó en la zona de impacto, se puso roja, pero aguantó lo suficiente como para que la patada no siguiese más allá. Ni la primera, ni las siguientes que lo único que consiguieron fue debilitar al cenobita sin hacerlo perder su guardia.
«Mierda»
Pequeños saltos en dirección contraria hicieron que se creara distancia entre ambos. El pelado necesitaba un respiro después de semejante cantidad de golpes, incluso agitarlos un poco en el aire para que se le vaya aquel ardor temporal. Toda confianza en superar con creces a su contrincante se habían desvanecido, demostró que no era alguien a quien subestimar.
«Muy bien, tu puedes Karamaru»
Recortó las distancias en una embestida de pasos cortos, con la mirada fija en su compatriota. Zigzagueo, trató de que no pudiese ver su ataque, y cuando estuvo lo suficientemente cerca se arrastró por el suelo con todo el envión que llevaba y las piernas abiertas buscando cerrarse a la altura del pez humano, cual tijera cortando un par de piernas.
El cuerpo de aquella especie de tiburón humano tomó un punto de apoyo con el que soportar el movimiento y mantener la estabilidad, y lanzó una patada rápida e imposible de esquivar. Pero el calvo también era rápido de reflejos, lo suficiente como para correr ambos brazos y contener el golpe. La piel picó en la zona de impacto, se puso roja, pero aguantó lo suficiente como para que la patada no siguiese más allá. Ni la primera, ni las siguientes que lo único que consiguieron fue debilitar al cenobita sin hacerlo perder su guardia.
«Mierda»
Pequeños saltos en dirección contraria hicieron que se creara distancia entre ambos. El pelado necesitaba un respiro después de semejante cantidad de golpes, incluso agitarlos un poco en el aire para que se le vaya aquel ardor temporal. Toda confianza en superar con creces a su contrincante se habían desvanecido, demostró que no era alguien a quien subestimar.
«Muy bien, tu puedes Karamaru»
Recortó las distancias en una embestida de pasos cortos, con la mirada fija en su compatriota. Zigzagueo, trató de que no pudiese ver su ataque, y cuando estuvo lo suficientemente cerca se arrastró por el suelo con todo el envión que llevaba y las piernas abiertas buscando cerrarse a la altura del pez humano, cual tijera cortando un par de piernas.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘