18/08/2017, 11:37
(Última modificación: 18/08/2017, 11:37 por Aotsuki Ayame.)
Pero ni siquiera Koko parecía saber de qué iba todo aquel rollo. Ante su mirada inquisitiva, la rubia se limitó a encogerse de hombros y después hizo alusión a la cebolla.
—¿Llevar…? Dios mío, tira eso.
Y en otras circunstancias, seguramente lo habría hecho ante la mínima sospecha de que la hortaliza en cuestión estuviese contaminada. Pero Ayame se encontraba tan confundida que era incapaz de reaccionar adecuadamente. Se sentía torpe y estúpida.
—¡Para empezar! —estalló de repente Datsue, aún más fuera de sí si cabía—. Esta cebolla ha estado sellada en una dimensión paralela. ¡Es como si hubiese estado envasada al vacío!
—¡Aaaahhh! ¿Así funciona el Fūinjutsu? Nunca se me ha dad...
—Y para terminar… —la interrumpió el Uchiha—. ¡Es que aun por encima te quejarás! ¡Después de arruinar mi primera vez! ¡Después de arruinar el momento más pletórico y feliz de mi vida! ¡Aún por encima te quejarás! —repetía sin cesar, encolerizado.
Pero Ayame seguía sin saber a qué demonios se refería.
Datsue se alejó de ella, dando vueltas como un león enjaulado y pisoteando el suelo con rabia.
—Estaba siendo el momento más feliz de mi vida y tú… y tú… ¡¿Es que era tan importante esa maldita cebolla?! ¡¿Tanto como para arruinar mi… mi… mi… noche de bodas?! —Concluyó al fin, y Ayame, tras algunos segundos abrió y cerró la boca como un pez fuera del agua.
—T... tú... e... ese día... y... y... Aiko-san... N... no puede ser... ¿De verdad? —balbuceaba, con las mejillas completamente enrojecidas—. Y... yo... lo siento... ¡Era una emergencia! Yo sólo necesitaba una cebolla para hacer mi salsa carbonara... n... no sabía que érais novios y que estábais...
Se interrumpió súbitamente, calló durante algunos segundos y después clavó sus ojos almendrados en Datsue.
—Oye, ¿no habías dicho que no la conocías? —le cuestionó, entrecerrando ligeramente los ojos.
—¿Llevar…? Dios mío, tira eso.
Y en otras circunstancias, seguramente lo habría hecho ante la mínima sospecha de que la hortaliza en cuestión estuviese contaminada. Pero Ayame se encontraba tan confundida que era incapaz de reaccionar adecuadamente. Se sentía torpe y estúpida.
—¡Para empezar! —estalló de repente Datsue, aún más fuera de sí si cabía—. Esta cebolla ha estado sellada en una dimensión paralela. ¡Es como si hubiese estado envasada al vacío!
—¡Aaaahhh! ¿Así funciona el Fūinjutsu? Nunca se me ha dad...
—Y para terminar… —la interrumpió el Uchiha—. ¡Es que aun por encima te quejarás! ¡Después de arruinar mi primera vez! ¡Después de arruinar el momento más pletórico y feliz de mi vida! ¡Aún por encima te quejarás! —repetía sin cesar, encolerizado.
Pero Ayame seguía sin saber a qué demonios se refería.
Datsue se alejó de ella, dando vueltas como un león enjaulado y pisoteando el suelo con rabia.
—Estaba siendo el momento más feliz de mi vida y tú… y tú… ¡¿Es que era tan importante esa maldita cebolla?! ¡¿Tanto como para arruinar mi… mi… mi… noche de bodas?! —Concluyó al fin, y Ayame, tras algunos segundos abrió y cerró la boca como un pez fuera del agua.
—T... tú... e... ese día... y... y... Aiko-san... N... no puede ser... ¿De verdad? —balbuceaba, con las mejillas completamente enrojecidas—. Y... yo... lo siento... ¡Era una emergencia! Yo sólo necesitaba una cebolla para hacer mi salsa carbonara... n... no sabía que érais novios y que estábais...
Se interrumpió súbitamente, calló durante algunos segundos y después clavó sus ojos almendrados en Datsue.
—Oye, ¿no habías dicho que no la conocías? —le cuestionó, entrecerrando ligeramente los ojos.