19/08/2017, 20:10
Y como era de esperarse, la gravedad melló cualquier posibilidad de estrategia del tiburón y le obligó a caer en la misma dirección de la que había decidido saltar. Lo interesante fue que el calvo no le aguardó por delante sino que prefirió deslizarse lo suficiente como para que tuviera una mayor ventaja por sobre su oponente quien tendría que caer dándole la espalda.
Y así fue, los pie de Kaido tocaron el suelo y Karamaru ya se había volteado con la plena intención de escocerle la espalda a puñetazos. El primer golpe fue certero, tan certero como un martillazo; obligando al escualo a dar un paso adelante víctima de le fuerza con la que aquel último ataque hubo sido preparado. Pero quizás Habaki Karamaru no pensó que el darle un pequeño impulso hacia adelante no sólo le permitiría al gyojin tumbarse de frente por sobre sus fuertes brazos que aguantaron su peso en la caída, sino que en esa misma posición —boca abajo, a poco más de medio metro por debajo de Karamaru y con sus piernas calzadas por todo el medio de las dos extremidades de su oponente— el Hozuki sería capaz de extender sus piernas como si de una tijera se tratase, llevándose por delante ambos tobillos de Karamaru, que de perder el equilibrio, tendría que caer de piernas abiertas como una gimnasta de circo.
«¡Sufre, mamón!»
Se cuenta que en las tierras de la Tormenta, la destreza y la elasticidad eran dos de los atributos más notables de los más fuertes luchadores de Arashi no Kuni, y sin embargo; las partes íntimas de Karamaru podrían sufrir una buena cuota de dolor si su cuerpo no estaba acostumbrado a tan inhumano movimiento.
Y así fue, los pie de Kaido tocaron el suelo y Karamaru ya se había volteado con la plena intención de escocerle la espalda a puñetazos. El primer golpe fue certero, tan certero como un martillazo; obligando al escualo a dar un paso adelante víctima de le fuerza con la que aquel último ataque hubo sido preparado. Pero quizás Habaki Karamaru no pensó que el darle un pequeño impulso hacia adelante no sólo le permitiría al gyojin tumbarse de frente por sobre sus fuertes brazos que aguantaron su peso en la caída, sino que en esa misma posición —boca abajo, a poco más de medio metro por debajo de Karamaru y con sus piernas calzadas por todo el medio de las dos extremidades de su oponente— el Hozuki sería capaz de extender sus piernas como si de una tijera se tratase, llevándose por delante ambos tobillos de Karamaru, que de perder el equilibrio, tendría que caer de piernas abiertas como una gimnasta de circo.
«¡Sufre, mamón!»
Se cuenta que en las tierras de la Tormenta, la destreza y la elasticidad eran dos de los atributos más notables de los más fuertes luchadores de Arashi no Kuni, y sin embargo; las partes íntimas de Karamaru podrían sufrir una buena cuota de dolor si su cuerpo no estaba acostumbrado a tan inhumano movimiento.