21/08/2017, 16:32
La escena cobró algo de normalidad cuando uno de los sirvientes de Satomu se les acercó con gesto preocupado. Claro que, con normalidad debería entenderse a lo que era común durante ese viaje; más peligros inesperados, preguntas sin responder y desconfianza. Mucha desconfianza. Así había afrontado Akame cada compás de aquel loco viaje, y de momento seguía con vida. «No lo estaré haciendo tan mal...»
El Uchiha salió de la galería detrás del sirviente. No le costaría esfuerzo localizar al corpulento jefe de los mercenarios en el patio principal del recinto, organizando a sus hombres a grito limpio. «¿Nos atacan?», fue lo primero que pensó el joven gennin. Por las órdenes de Yosehara y los movimientos de los soldados, parecía que estaban preparando alguna clase de defensa. Quien quiera que fuese que les había emboscado en el sendero de la montaña, no parecía querer darse por vencido.
«Pero, ¿quién se tomaría tantas molestias en asediar este sitio? Casi parece una fortaleza. Y ese escultor... Seguro que es bien capaz de matar a alguien con su chakra. ¿Entonces, tal vez son amigos de aquel ladrón al que Satomu mató?»
—Tengo un mal presentimiento... —susurró el Uchiha, aunque lo suficientemente alto como para que sus compañeros se enterasen—. Creo que vamos a tener que luchar por segundo día consecutivo.
Akame se dirigió a paso rápido hacia el capitán de los mercenarios.
—¿Nos buscaba, Yosehara-san?
El Uchiha salió de la galería detrás del sirviente. No le costaría esfuerzo localizar al corpulento jefe de los mercenarios en el patio principal del recinto, organizando a sus hombres a grito limpio. «¿Nos atacan?», fue lo primero que pensó el joven gennin. Por las órdenes de Yosehara y los movimientos de los soldados, parecía que estaban preparando alguna clase de defensa. Quien quiera que fuese que les había emboscado en el sendero de la montaña, no parecía querer darse por vencido.
«Pero, ¿quién se tomaría tantas molestias en asediar este sitio? Casi parece una fortaleza. Y ese escultor... Seguro que es bien capaz de matar a alguien con su chakra. ¿Entonces, tal vez son amigos de aquel ladrón al que Satomu mató?»
—Tengo un mal presentimiento... —susurró el Uchiha, aunque lo suficientemente alto como para que sus compañeros se enterasen—. Creo que vamos a tener que luchar por segundo día consecutivo.
Akame se dirigió a paso rápido hacia el capitán de los mercenarios.
—¿Nos buscaba, Yosehara-san?