22/08/2017, 20:20
Y los dos Rikos se encontraron con que Ayame ya no se encontraba en el sitio donde anteriormente se encontraba. Son embargo, aquel no era el mayor de sus problemas...
—¡Joder, no está aquí! —exclamó uno de ellos.
—¿Y dónde narices se ha metido? No baj... —fue a responder el otro, pero ni siquiera llegaría a completar la frase.
Dentro del humo era imposible ver, y casi resultaba increíble que aquellos dos chicos estuvieran hablando entre sí sin problema alguno. Sin embargo, aquello había supuesto que Ayame les escuchara a la perfección por lo que, aprovechando la nula visibilidad de la zona, salió desde el mismo charco que había dejado su técnica anterior y, aún conteniendo la respiración para no respirar aquel humo, recuperó su forma corpórea, agachada justo entre ambos y con las manos entrelazadas.
«Amenokami no Suishin...» Pensó para sí, para no alertar de su presencia.
Cuatro agujas de agua surgieron desde su hombros, dos a derecha y dos a izquierda, buscando los cuerpos de sus enemigos. Los había escuchado hablar, por lo que no era posible que fueran clones ilusorios como los que ella sabía realizar. Por lo menos uno de ellos debía de ser de agua, como lo había sido el anterior. En el peor de los casos, quizás los dos.
Después de aquello, y para no esperar un posible contraataque, Ayame se llevó una mano a la nariz y saltó varias veces hacia atrás para salir de la nube de humo, que, afortunadamente había empezado a disiparse. No podía seguir conteniendo el aliento por más tiempo. Se detuvo un par de metros tras el límite que marcaba el humo, jadeante y con el corazón bombeando con fuerza, observando el resultado de sus acciones.
PV:–
CK:–
Explicación: Según lo que pone en la descripción de las bombas de humo: "Dentro de la nube no se puede respirar —el humo provoca tos incontrolable— ni abrir los ojos"; por eso he interpretado que no deberías ver dentro de la nube de humo. Sin embargo, al haber hablado has delatado la posición de ambos Rikos, por lo que Ayame (que se había escondido en el Mizuame Nabara habiéndose disipado ya los efectos de adhesión tras dos turnos) ha aprovechado para salir sigilosamente y atacar.
—¡Joder, no está aquí! —exclamó uno de ellos.
—¿Y dónde narices se ha metido? No baj... —fue a responder el otro, pero ni siquiera llegaría a completar la frase.
Dentro del humo era imposible ver, y casi resultaba increíble que aquellos dos chicos estuvieran hablando entre sí sin problema alguno. Sin embargo, aquello había supuesto que Ayame les escuchara a la perfección por lo que, aprovechando la nula visibilidad de la zona, salió desde el mismo charco que había dejado su técnica anterior y, aún conteniendo la respiración para no respirar aquel humo, recuperó su forma corpórea, agachada justo entre ambos y con las manos entrelazadas.
«Amenokami no Suishin...» Pensó para sí, para no alertar de su presencia.
Cuatro agujas de agua surgieron desde su hombros, dos a derecha y dos a izquierda, buscando los cuerpos de sus enemigos. Los había escuchado hablar, por lo que no era posible que fueran clones ilusorios como los que ella sabía realizar. Por lo menos uno de ellos debía de ser de agua, como lo había sido el anterior. En el peor de los casos, quizás los dos.
Después de aquello, y para no esperar un posible contraataque, Ayame se llevó una mano a la nariz y saltó varias veces hacia atrás para salir de la nube de humo, que, afortunadamente había empezado a disiparse. No podía seguir conteniendo el aliento por más tiempo. Se detuvo un par de metros tras el límite que marcaba el humo, jadeante y con el corazón bombeando con fuerza, observando el resultado de sus acciones.
PV:
94/150
CK:
48/120
-6 CK
– -24 CK
–1 AO revelada
– Ayame se escondía con el Suika no Jutsu en el Mizuame NabaraExplicación: Según lo que pone en la descripción de las bombas de humo: "Dentro de la nube no se puede respirar —el humo provoca tos incontrolable— ni abrir los ojos"; por eso he interpretado que no deberías ver dentro de la nube de humo. Sin embargo, al haber hablado has delatado la posición de ambos Rikos, por lo que Ayame (que se había escondido en el Mizuame Nabara habiéndose disipado ya los efectos de adhesión tras dos turnos) ha aprovechado para salir sigilosamente y atacar.