23/08/2017, 18:39
No entendía qué estaba pasando, con mi técnica debería haber diferenciado a Akame de un clon, pero de alguna forma había hecho clones reales capaces de engañar en todos los aspectos. Tenía una fuerza y un poder superiores a los de cualquier Genin y los usaba de forma más que abusiva contra un compañero de villa, yo podría haber hecho una técnica contra él cuando salí, pero yo no soy como ellos.
Como Kotetsu, como Akame, que parecen tirar a un lado todo compañerismo en el mismo momento en que tienen delante un "rival". Cuando volví a sentir un jutsu igneo por la espalda decidí que había tenido suficiente, no iba a seguir en su juego. Estaba cansado de ellos y de tener que estar haciendo algo para lo que no estaba preparado.
Traicionar mis ideales por el espectaculo igual que lo hacían ellos. Me quedé en el suelo tirado sin abrir los ojos ni moverme, con la espalda llena de quemaduras al igual que la marcas que ya coleccionaba del anterior jutsu con el que casi me quema vivo. Sin importarle ni el tiempo que pueda tardar en recuperar ni si me recuperaría, solo para inflar su ego.
Sabía cómo pensaba y lo que me diría si le exponía este hecho. "Es parte de la vida de un shinobi" o "No haberte apuntado a un torneo si no estabas preparado para apuñalar por la espalda a tus propios compañeros" Saber su ideologia solo me hacía enfurecerme más.
Pero no hice nada, ni siquiera hice el asomo de estar consciente. Ni un movimiento ni un resoplido ni nada. Ahí se acababa el combate, toda mi vida preocupandome de los kuseños y los amenios y tenía al enemigo justo al lado. En mi propia generacion.
Como Kotetsu, como Akame, que parecen tirar a un lado todo compañerismo en el mismo momento en que tienen delante un "rival". Cuando volví a sentir un jutsu igneo por la espalda decidí que había tenido suficiente, no iba a seguir en su juego. Estaba cansado de ellos y de tener que estar haciendo algo para lo que no estaba preparado.
Traicionar mis ideales por el espectaculo igual que lo hacían ellos. Me quedé en el suelo tirado sin abrir los ojos ni moverme, con la espalda llena de quemaduras al igual que la marcas que ya coleccionaba del anterior jutsu con el que casi me quema vivo. Sin importarle ni el tiempo que pueda tardar en recuperar ni si me recuperaría, solo para inflar su ego.
Sabía cómo pensaba y lo que me diría si le exponía este hecho. "Es parte de la vida de un shinobi" o "No haberte apuntado a un torneo si no estabas preparado para apuñalar por la espalda a tus propios compañeros" Saber su ideologia solo me hacía enfurecerme más.
Pero no hice nada, ni siquiera hice el asomo de estar consciente. Ni un movimiento ni un resoplido ni nada. Ahí se acababa el combate, toda mi vida preocupandome de los kuseños y los amenios y tenía al enemigo justo al lado. En mi propia generacion.
—Nabi—