26/08/2017, 17:11
Esa era la diferencia. Riko era un shinobi formado, y Kyoraku era sólo un ladrón de chakra. Sin entrenamiento, sin previsiones. Con el uso de la fuerza bruta y del crecimiento corporal gracias a la energía como escudo, y nada más. Tampoco era muy inteligente, ni muy sensato, aunque sí que era un tipo trastornado. Sediento de sangre.
Riko apareció detrás de él, y ejecutó un mizurappa. Le dio de lleno, de eso no hubo duda; pero el hombre macizo no se movió de su posición, sino que mientras el agua le impactaba, él también arrojaría su enorme brazo hacia Riko nuevamente, cargado de chakra.
Kyojinta, no obstante, le había dejado todo el asunto a Riko, quien parecía lo bastante habilidoso como para ocuparse del Ladrón de chakra. Él, en cambio, se encontraba ya ubicado cerca de uno de los cuatro sellos, imbuyendo su propia energía en ellos para poder repararlos de alguna forma. Y mientras eso sucedía, la cadena que yacía unida a ese sello en particular comenzó a retraerse.
Y el brazo derecho de Kyoraku, con el que habría golpeado a Riko, se retrajo también. Él volteó, molesto, a sabiendas de que uno de los sellos había sido recompuesto.
—¡Noooooooo!
La bestia salió corriendo hacia su hermano. Tenía que detenerlo, a toda costa.
Kaido abrió los ojos, y un buen puñado de burbujas salió despedida del aire que botó desde su boca. Todo se fue haciendo más claro, mientras que su cuerpo se iba recomponiendo allí en el fondo de aquel lago. Sus piernas se formaron nuevamente, y así también el resto de sus extremidades, y fue en ese instante en las que sus agallas comenzaron a funcionar por sí solas. El escualo movió la cabeza de lado a lado, ligeramente atolondrado, y miró hacia la superficie, donde podía ver como el agua por sobre sí se ondeaba por los movimientos de los que aún se encontrarían combatiendo.
PV:–
CK:–
Daño: 60 PV a Riko
Riko apareció detrás de él, y ejecutó un mizurappa. Le dio de lleno, de eso no hubo duda; pero el hombre macizo no se movió de su posición, sino que mientras el agua le impactaba, él también arrojaría su enorme brazo hacia Riko nuevamente, cargado de chakra.
Kyojinta, no obstante, le había dejado todo el asunto a Riko, quien parecía lo bastante habilidoso como para ocuparse del Ladrón de chakra. Él, en cambio, se encontraba ya ubicado cerca de uno de los cuatro sellos, imbuyendo su propia energía en ellos para poder repararlos de alguna forma. Y mientras eso sucedía, la cadena que yacía unida a ese sello en particular comenzó a retraerse.
Y el brazo derecho de Kyoraku, con el que habría golpeado a Riko, se retrajo también. Él volteó, molesto, a sabiendas de que uno de los sellos había sido recompuesto.
—¡Noooooooo!
La bestia salió corriendo hacia su hermano. Tenía que detenerlo, a toda costa.
. . .
Kaido abrió los ojos, y un buen puñado de burbujas salió despedida del aire que botó desde su boca. Todo se fue haciendo más claro, mientras que su cuerpo se iba recomponiendo allí en el fondo de aquel lago. Sus piernas se formaron nuevamente, y así también el resto de sus extremidades, y fue en ese instante en las que sus agallas comenzaron a funcionar por sí solas. El escualo movió la cabeza de lado a lado, ligeramente atolondrado, y miró hacia la superficie, donde podía ver como el agua por sobre sí se ondeaba por los movimientos de los que aún se encontrarían combatiendo.
Estado de Kyoraku
PV:
150/270
-40 PV
–CK:
40/200
-30 CK
–Daño: 60 PV a Riko