1/09/2017, 17:52
Cada quién expresó su opinión, y dejaron entrever sus preferencias respecto a los puntos que cada uno quería proteger. Akame no tardó en secundar al escualo, eligiendo la biblioteca; y Kotetsu quedó en el solario por simple descarte. A su vez, un nuevo personaje formó parte de una acalorada conversación sobre la confianza y la posibilidad de que ellos, los ninja; fueran quienes estuviesen detrás del asedio interior que estaba viviendo la fortaleza de Satomu, y no así otros.
Yarou entrevió que discutir sobre eso no llevaría a nada, aún y cuando podía increpar a cada uno de los presentes sobre su posible participación en el saboteo de la barrera protectora. Lamentablemente, no contaba con el tiempo suficiente para gastar sus energías en tan fatídica tarea, siendo que proteger ahora los puntos señalados era un objetivo más que prioritario por sobre todas las cosas. Por sobre Satomu, por sobre el alguacil y por sobre el mercenario. Era mucho más sencillo pensar en tener que derrotarlos a ellos tres para salvaguardar el bienestar de Kaido, que tener que enfrentar lo que fuera que les estuviesen acechando desde el exterior. Como aquel hombre de la montaña, que les observaba durante su trayecto hasta la mansión del viejo artista.
Así que, sin ánimos de perder más tiempo, Yarou fue el primero en partir hacia su localización; dejando tras suyo a su clon, que habría de ser asignado al escuadrón que más le necesitase.
Kaido también haría lo propio, junto con los soldados que estuvieran dispuestos a acompañarle. A los que también aprovecharía a dar un pequeño discurso motivador.
—Bien, panda de buenosparanada, aquellos dos que quieran venir conmigo necesitan saber nadar, ¿vale?
Teniendo ya a su comitiva, tronó sus dedos y se embarcó hasta los linderos de la piscina. Tan expectante como si aquello se tratase de una peligrosa misión rango A.
Yarou entrevió que discutir sobre eso no llevaría a nada, aún y cuando podía increpar a cada uno de los presentes sobre su posible participación en el saboteo de la barrera protectora. Lamentablemente, no contaba con el tiempo suficiente para gastar sus energías en tan fatídica tarea, siendo que proteger ahora los puntos señalados era un objetivo más que prioritario por sobre todas las cosas. Por sobre Satomu, por sobre el alguacil y por sobre el mercenario. Era mucho más sencillo pensar en tener que derrotarlos a ellos tres para salvaguardar el bienestar de Kaido, que tener que enfrentar lo que fuera que les estuviesen acechando desde el exterior. Como aquel hombre de la montaña, que les observaba durante su trayecto hasta la mansión del viejo artista.
Así que, sin ánimos de perder más tiempo, Yarou fue el primero en partir hacia su localización; dejando tras suyo a su clon, que habría de ser asignado al escuadrón que más le necesitase.
Kaido también haría lo propio, junto con los soldados que estuvieran dispuestos a acompañarle. A los que también aprovecharía a dar un pequeño discurso motivador.
—Bien, panda de buenosparanada, aquellos dos que quieran venir conmigo necesitan saber nadar, ¿vale?
Teniendo ya a su comitiva, tronó sus dedos y se embarcó hasta los linderos de la piscina. Tan expectante como si aquello se tratase de una peligrosa misión rango A.