1/09/2017, 22:56
El que se quedó a medias entre pez y humano sonrió, confiado. No tardó en jactarse de que era ella quien iría al hospital, y los médicos tratarían de recomponerla tras el combate. Sin embargo, no tardó en sentenciar silencio para el encuentro, como si estuviese molesto por charlar con una compañera de aldea, como si las palabras en mitad del encuentro le molestasen. Sin mas, la apuntó con su índice, y dio un par de pasos hacia el frente, encarando a la chica que tenía allí a la vista, y por ende recortando la distancia hasta apenas los 3 metros con referencia a ella y 4 apenas con referencia al montón de papeles.
«¿Se prepara para el ataque?»
Si, y no tardó en manifestarlo. De pronto, su brazo salió disparado, como en un mal anime de robots gigantes. Era un ataque rápido, certero, y realmente difícil de esquivar dado la proximidad del individuo. Había estudiado la situación, y la había aprovechado sin duda para su beneficio.
La chica sonrió sin embargo, y lanzó sin premisa el arma que tenía entre manos por el flanco izquierdo para que éste realizase una parábola e impactase en el costado del tipo. Sin duda, un ataque que no llegaría a ver si había tenido un buen efecto o no, puesto que su cuerpo sería atravesado por el brazo del chico, y explotaría en un centenar de papeles.
«¡Ahora es mi turno!»
Casi sin tiempo a darle para reaccionar, los papeles que habían a su otro flanco se recompusieron, dando prioridad al torso y brazos de la chica, así como a su cabeza. Ésta se impulsaba hacia su frente, el muchacho, con los brazos cruzados —como si se estuviese defendiendo de algo— pero rápidamente los extendería, dando inicio a su fugaz contraataque. Cuatro cuchillas de papel resultarían de la acción, e impactarían todas ellas en el torso del chico, que apenas tendría tiempo a reacción debido a la distancia que él mismo había recortado. Era la oportunidad perfecta, el momento que había estado aguardando.
El casi humano recibiría casi al mismo tiempo el ataque por el flanco, así como por el otro flanco. Si lograba escapar de esas impune, sin duda era digno de halago.
—¡Lo que está muerto, no puede morir!
No dispuesta a contentarse con ello, y conforme recortaba súbitamente las escasas distancia para con el medio pez, los papeles reconstruirían la pierna diestra, con la cuál la chica daría una patada en el pecho al susodicho, pero no una simple patada para dañarlo, si no una para alejarlo, buscando impulsarlo y tumbarlo a ser posible.
«¿Se prepara para el ataque?»
Si, y no tardó en manifestarlo. De pronto, su brazo salió disparado, como en un mal anime de robots gigantes. Era un ataque rápido, certero, y realmente difícil de esquivar dado la proximidad del individuo. Había estudiado la situación, y la había aprovechado sin duda para su beneficio.
La chica sonrió sin embargo, y lanzó sin premisa el arma que tenía entre manos por el flanco izquierdo para que éste realizase una parábola e impactase en el costado del tipo. Sin duda, un ataque que no llegaría a ver si había tenido un buen efecto o no, puesto que su cuerpo sería atravesado por el brazo del chico, y explotaría en un centenar de papeles.
«¡Ahora es mi turno!»
Casi sin tiempo a darle para reaccionar, los papeles que habían a su otro flanco se recompusieron, dando prioridad al torso y brazos de la chica, así como a su cabeza. Ésta se impulsaba hacia su frente, el muchacho, con los brazos cruzados —como si se estuviese defendiendo de algo— pero rápidamente los extendería, dando inicio a su fugaz contraataque. Cuatro cuchillas de papel resultarían de la acción, e impactarían todas ellas en el torso del chico, que apenas tendría tiempo a reacción debido a la distancia que él mismo había recortado. Era la oportunidad perfecta, el momento que había estado aguardando.
El casi humano recibiría casi al mismo tiempo el ataque por el flanco, así como por el otro flanco. Si lograba escapar de esas impune, sin duda era digno de halago.
—¡Lo que está muerto, no puede morir!
No dispuesta a contentarse con ello, y conforme recortaba súbitamente las escasas distancia para con el medio pez, los papeles reconstruirían la pierna diestra, con la cuál la chica daría una patada en el pecho al susodicho, pero no una simple patada para dañarlo, si no una para alejarlo, buscando impulsarlo y tumbarlo a ser posible.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)