4/09/2017, 10:48
—¿Acaso crees que los líderes de nuestras Aldeas permitirían una boda así? —replicó Datsue, cortante como el filo de una katana—. ¡Pues claro que dije que no la conocía! ¡Fue una boda secreta! Y tú… tú… ¡parece que estás empeñada en arruinar nuestras vidas! ¿¡Por qué eres tan cruel!? —añadió, desesperado, y algo dentro de Ayame se rompió en mil pedazos al comprobar que tenía los ojos llorosos.
—Sigo diciendo que no tiene nada de malo como para que intentes esconderlo —volvió a intervenir Koko, y el Uchiha se volvió hacia ella, completamente confundido.
—¿Eh? ¿Esconder el qué?
Sin embargo, Ayame ni siquiera mostró su característica curiosidad por aquel hecho. Había cruzado las manos por delante del cuerpo, y pasaba el peso de una pierna a otra con profunda inquietud.
—Yo... no lo sabía... —balbuceó, con un nudo en la garganta—. Si hubiera sabido que en ese momento Aiko-san estaba con alguien más, ni se me hubiera ocurrido... Yo... Lo siento muchísimo...
Inclinó el cuerpo en una reverencia, profundamente arrepentida. De ninguna manera se podría haber imaginado siquiera que Aiko y Datsue estaban manteniendo una escena tan íntima en aquel momento. Aunque, al ser de diferentes aldeas, era normal que quisieran aprovechar aquellos días en los que las tres villas estaban tan cerca de sí para poder aprovechar. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de por qué parecía tan enfadada cuando le abrió la puerta.
Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, imparables.
—Lo siento mucho...
—Sigo diciendo que no tiene nada de malo como para que intentes esconderlo —volvió a intervenir Koko, y el Uchiha se volvió hacia ella, completamente confundido.
—¿Eh? ¿Esconder el qué?
Sin embargo, Ayame ni siquiera mostró su característica curiosidad por aquel hecho. Había cruzado las manos por delante del cuerpo, y pasaba el peso de una pierna a otra con profunda inquietud.
—Yo... no lo sabía... —balbuceó, con un nudo en la garganta—. Si hubiera sabido que en ese momento Aiko-san estaba con alguien más, ni se me hubiera ocurrido... Yo... Lo siento muchísimo...
Inclinó el cuerpo en una reverencia, profundamente arrepentida. De ninguna manera se podría haber imaginado siquiera que Aiko y Datsue estaban manteniendo una escena tan íntima en aquel momento. Aunque, al ser de diferentes aldeas, era normal que quisieran aprovechar aquellos días en los que las tres villas estaban tan cerca de sí para poder aprovechar. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de por qué parecía tan enfadada cuando le abrió la puerta.
Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, imparables.
—Lo siento mucho...