5/09/2017, 20:04
Todo sucedió muy rápido. El fogonazo, la aparición de Aiko y su reacción consecuente, que se trató de un ataque rápido y certero traducido en un potente teppodama a bocajarro.
Lo curioso de todo aquello, sin embargo, no fue el resultado de su arremetida. No, si de algo estaba seguro era de que la mujer de papeles no tendría forma de evitar que su bola de cañón de agua le impactase, salvo que hiciera uso de sus habilidades con su cuerpo de papel. Aunque cualquiera creería que ante la inminente posibilidad de recibir un ataque de grandes magnitudes, su oponente trataría, al menos, de cubrirse; a fin de que aquel daño no resultara ser mortífero para ella o para sus intenciones de ganar el combate.
Pero Aiko era una mujer llena de sorpresas, cuyas acciones carecían totalmente de sentido. Porque no sólo quedó plasmada ahí frente a su contrincante, sino que abrió los brazos como si esperase ansiosamente recibir el daño del escualo. Con la confianza de un Dios benevolente que entiende que sus creyentes no conocen la magnitud de su poder y omnipresencia. Y para ella, el creyente en ese momento debía ser Kaido.
Una sonora carcajada la acompañó varios metros atrás, hacia donde el impulso de su técnica le llevó a parar. Kaido habría decidido arremeter una vez más con su kodachi en mano, más sin embargo; la voz de Aiko le volvió a interrumpir. Y algo, quién sabe qué, le convidó a detenerse y a mirarla tan fijamente como le fuera posible. Con el rostro contrariado y un tanto confuso.
—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! —mientras más fuerte se hacía su risa, con más fuerza sostenía Kaido el mango de su arma—. ¿¡ESO ES TODO LO QUE TIENES!?
«Joder, no lo entiendo. Quedó muy claro que su fuerte es el uso de los malditos papeles que salen de su cuerpo. Que no sólo es capaz de crear réplicas a partir de esa puta marea, sino que también puede esconder a su yo real entre ellos sin ningún tipo de inconveniente. ¡Incluso puede recomponerse de cualquier parte y atacar sorpresivamente! ... mierda, que problemático.
Pero si es así, ¿por qué se dejó impactar por mi jutsu? ¿qué es lo que intentas demostrar, Aiko-chan?»
—¿¡SABES CUÁNTAS VECES HE MUERTO!? ¿¡ESTO NO SON MAS QUE COSQUILLAS PARA UNA INMORTAL!?
El gyojin frunció el ceño, y meditó lo dicho.
«Joder, si y ahora está delirando»
—Parece que el golpe que te has comido te ha dejado un poco atolondrada.
—¿Quieres que te enseñe lo que es un verdadero ataque, pececito?
—Enséñame todo lo que quieras, de todas formas soy de los que aprende sólo lo que le interesa. Vamos, terminemos con ésto de una puta vez.
Lo curioso de todo aquello, sin embargo, no fue el resultado de su arremetida. No, si de algo estaba seguro era de que la mujer de papeles no tendría forma de evitar que su bola de cañón de agua le impactase, salvo que hiciera uso de sus habilidades con su cuerpo de papel. Aunque cualquiera creería que ante la inminente posibilidad de recibir un ataque de grandes magnitudes, su oponente trataría, al menos, de cubrirse; a fin de que aquel daño no resultara ser mortífero para ella o para sus intenciones de ganar el combate.
Pero Aiko era una mujer llena de sorpresas, cuyas acciones carecían totalmente de sentido. Porque no sólo quedó plasmada ahí frente a su contrincante, sino que abrió los brazos como si esperase ansiosamente recibir el daño del escualo. Con la confianza de un Dios benevolente que entiende que sus creyentes no conocen la magnitud de su poder y omnipresencia. Y para ella, el creyente en ese momento debía ser Kaido.
Una sonora carcajada la acompañó varios metros atrás, hacia donde el impulso de su técnica le llevó a parar. Kaido habría decidido arremeter una vez más con su kodachi en mano, más sin embargo; la voz de Aiko le volvió a interrumpir. Y algo, quién sabe qué, le convidó a detenerse y a mirarla tan fijamente como le fuera posible. Con el rostro contrariado y un tanto confuso.
—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! —mientras más fuerte se hacía su risa, con más fuerza sostenía Kaido el mango de su arma—. ¿¡ESO ES TODO LO QUE TIENES!?
«Joder, no lo entiendo. Quedó muy claro que su fuerte es el uso de los malditos papeles que salen de su cuerpo. Que no sólo es capaz de crear réplicas a partir de esa puta marea, sino que también puede esconder a su yo real entre ellos sin ningún tipo de inconveniente. ¡Incluso puede recomponerse de cualquier parte y atacar sorpresivamente! ... mierda, que problemático.
Pero si es así, ¿por qué se dejó impactar por mi jutsu? ¿qué es lo que intentas demostrar, Aiko-chan?»
—¿¡SABES CUÁNTAS VECES HE MUERTO!? ¿¡ESTO NO SON MAS QUE COSQUILLAS PARA UNA INMORTAL!?
El gyojin frunció el ceño, y meditó lo dicho.
«Joder, si y ahora está delirando»
—Parece que el golpe que te has comido te ha dejado un poco atolondrada.
—¿Quieres que te enseñe lo que es un verdadero ataque, pececito?
—Enséñame todo lo que quieras, de todas formas soy de los que aprende sólo lo que le interesa. Vamos, terminemos con ésto de una puta vez.