6/09/2017, 11:59
(Última modificación: 6/09/2017, 12:03 por Uchiha Datsue.
Razón: Puse mal los gastos de CK
)
La facilidad con la que su oponente contrarrestó su ataque fue tan exagerada que, de haber sido Datsue un tipo orgulloso, hasta le habría parecido insultante. Un simple movimiento de mano, una repentina descarga de chakra, y el shuriken salió volando hacia arriba, en dirección contraria. Tan simple como complejo. Complejo porque, aunque su sharingan le permitía copiar un gran abanico de técnicas distintas, supo al instante que su cuerpo no sería capaz de reproducir aquella. Expulsar chakra por la palma de la mano era…
… imposible. O eso había pensado hasta aquel momento.
Sin previo aviso, Daruu salió escopeteado en su dirección. El sharingan le indicó que la mano de éste cogería al vuelo el shuriken por el camino. Lo leyó milésimas de segundo antes de que sucediese. Un movimiento seguro y tranquilo, como el que realiza un encantador de serpientes ante su público, al dejarse morder por la víbora sabiendo en secreto que le ha arrancado los colmillos venenosos…
… pero aquel shuriken todavía tenía un colmillo: el hilo.
Cuando la mano de Daruu empezaba a envolver el shuriken, antes incluso de que sus dos dedos aplicasen fuerza el uno contra el otro sobre la superficie plana del arma, el propio dedo del Uchiha se movió. También fue un movimiento sencillo, como el que su oponente había realizado la anterior vez, pero bastó para que una repentina ráfaga de chakra recorriese el hilo al que estaba atado su dedo, llegando hasta el arma metálica y provocando que su caída libre cambiase súbitamente de dirección. ¿Cuál? Hacia la palma de la mano de su oponente.
Su objetivo era sencillo: no sabía si la fuerza con la que iba la estrella metálica sería suficiente para clavarse en la piel del oponente, pero sí al menos para producirle un corte y desconcertarle momentáneamente. Y si uno quería ganar una batalla, tenía que aprovechar la sorpresa, pues estas eran escasas como la lluvia en el País del Viento.
—¡Amateratsu, ayúdame!
Sí, le gustaba ser melodramático. Avanzó un paso, la palma de la mano derecha salió disparada hacia adelante, casi de la misma forma que anteriormente había hecho Daruu, apuntando directamente hacia él. Las palabras habían sido pronunciadas, y el sello… liberado.
Como si hubiese invocado al mismísimo Dios, una cantidad ingente de llamas salió disparada de su mano, a modo de llamarada, que amenazó con devorar todo lo que se interpusiese en su camino. Datsue había sellado aquella técnica aquel mismo día, en la espera por su combate. Era su mejor as en la manga, y quizá se había precipitado usándola… Aunque eso, lo descubriría en breves segundos.
… imposible. O eso había pensado hasta aquel momento.
Sin previo aviso, Daruu salió escopeteado en su dirección. El sharingan le indicó que la mano de éste cogería al vuelo el shuriken por el camino. Lo leyó milésimas de segundo antes de que sucediese. Un movimiento seguro y tranquilo, como el que realiza un encantador de serpientes ante su público, al dejarse morder por la víbora sabiendo en secreto que le ha arrancado los colmillos venenosos…
… pero aquel shuriken todavía tenía un colmillo: el hilo.
Cuando la mano de Daruu empezaba a envolver el shuriken, antes incluso de que sus dos dedos aplicasen fuerza el uno contra el otro sobre la superficie plana del arma, el propio dedo del Uchiha se movió. También fue un movimiento sencillo, como el que su oponente había realizado la anterior vez, pero bastó para que una repentina ráfaga de chakra recorriese el hilo al que estaba atado su dedo, llegando hasta el arma metálica y provocando que su caída libre cambiase súbitamente de dirección. ¿Cuál? Hacia la palma de la mano de su oponente.
Su objetivo era sencillo: no sabía si la fuerza con la que iba la estrella metálica sería suficiente para clavarse en la piel del oponente, pero sí al menos para producirle un corte y desconcertarle momentáneamente. Y si uno quería ganar una batalla, tenía que aprovechar la sorpresa, pues estas eran escasas como la lluvia en el País del Viento.
—¡Amateratsu, ayúdame!
Sí, le gustaba ser melodramático. Avanzó un paso, la palma de la mano derecha salió disparada hacia adelante, casi de la misma forma que anteriormente había hecho Daruu, apuntando directamente hacia él. Las palabras habían sido pronunciadas, y el sello… liberado.
Como si hubiese invocado al mismísimo Dios, una cantidad ingente de llamas salió disparada de su mano, a modo de llamarada, que amenazó con devorar todo lo que se interpusiese en su camino. Datsue había sellado aquella técnica aquel mismo día, en la espera por su combate. Era su mejor as en la manga, y quizá se había precipitado usándola… Aunque eso, lo descubriría en breves segundos.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado