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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Era una calurosa mañana de Verano aquella en la que Akame se encontró —bajo un frondoso árbol, junto a la orilla del Lago Partido—, en la necesidad de un pañuelo para darle lustro a la hoja de su recientemente adquirida espada. Había pasado de ronda —otra vez— en el Torneo, y sin tener que llegar a usarla; pero, por si acaso se presentaba la necesidad en futuros combates, quería que aquella pieza estuviese debidamente cuidada. O, al menos, que lo pareciese. Así que allí se encontraba, con la espalda apoyada en el tronco del árbol que le daba sombra —imprescindible si uno no quería morir de calor a esas horas de la mañana—, las piernas cruzadas y el ninjatō en su regazo.

El Uchiha daba ligeras pasadas con los bajos de su camiseta, de color blanco y sin mangas, pero la hoja de acero seguía pareciendo igual de roñosa. Suspiró. «Esto me pasa por comprar la primera espada que veo...», se lamentó para sus adentros. Y es que claro, al perder su apreciado Lamento de Hazama justo antes del combate contra Nabi, había tenido que agenciarse la primera espada que pudo encontrar. Nada barata —tenía que admitirlo— y de dudosa calidad, se la había vendido un tipo algo sospechoso en Sendōshi.

De modo que allí estaba, sopesando la empuñadura forrada de tiras de cuero que parecían a punto de aflojarse, mirando la hoja un tanto torcida y tratando de sacarle algo de brillo; sin éxito.

¡Aaaah! Qué molestia.
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

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Mensajes en este tema
Un pañuelo para lustrar una espada - por Uchiha Akame - 6/09/2017, 16:34


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