7/09/2017, 16:16
«¿La votación? ¡Ah, carajo, se refería a eso!» Realmente sólo hacía unas estaciones que se habían graduado, y apenas un poco más desde que su difunto amigo Haskoz hiciese aquel sondeo un día, entre clases, para ver cuál de las kunoichis de la promoción era la más deseada por sus compañeros. Ganaron Sakamoto Noemi y Furukawa Eri, claro. Akame se sorprendió a sí mismo teniendo que hacer un esfuerzo para recordar los detalles. «Parece como si hubiese sucedido hace una eternidad...»
Pese a la tristeza que le provocaba pensar en sus antiguos compañeros, Akame se sobrepuso al oír las calumnias que Riko estaba virtiendo sobre su persona sin ningún tipo de vergüenza. El Uchiha se cruzó de brazos, severo, y le reprendió.
—¿Pero qué demonios dices, Riko-san? Los rumores y las habladurías no me interesan, tengo cosas más importantes en las que pensar —replicó, mitad confuso mitad a la defensiva—. ¿No será que todavía estás escocido porque os ganamos los últimos Juegos de Uzushiogakure?
Akame nunca había tenido a su compañero Senju como un picón o mal compañero, y esa era principalmente la razón por la que le sorprendía todo aquello.
—Como ya te he dicho, hace mucho que no veo a Noemi. Renunció —agregó, por si acaso Riko no lo sabía—. Además, ¿a qué diablos viene este interrogatorio? Estás abusando de nuestra cortesía como compañeros de Aldea para meterte en mis cosas, Riko-san...
El Uchiha le lanzó una mirada dura por debajo de su kasa de paja.
Pese a la tristeza que le provocaba pensar en sus antiguos compañeros, Akame se sobrepuso al oír las calumnias que Riko estaba virtiendo sobre su persona sin ningún tipo de vergüenza. El Uchiha se cruzó de brazos, severo, y le reprendió.
—¿Pero qué demonios dices, Riko-san? Los rumores y las habladurías no me interesan, tengo cosas más importantes en las que pensar —replicó, mitad confuso mitad a la defensiva—. ¿No será que todavía estás escocido porque os ganamos los últimos Juegos de Uzushiogakure?
Akame nunca había tenido a su compañero Senju como un picón o mal compañero, y esa era principalmente la razón por la que le sorprendía todo aquello.
—Como ya te he dicho, hace mucho que no veo a Noemi. Renunció —agregó, por si acaso Riko no lo sabía—. Además, ¿a qué diablos viene este interrogatorio? Estás abusando de nuestra cortesía como compañeros de Aldea para meterte en mis cosas, Riko-san...
El Uchiha le lanzó una mirada dura por debajo de su kasa de paja.