11/09/2017, 11:12
(Última modificación: 11/09/2017, 11:13 por Aotsuki Ayame.)
—¿Estás bien, kunoichi-san?
—¿Es-estas bien?
De un momento para otro, los dos chicos habían interrumpido su conversación para comprobar su estado. Ayame, consciente de que había sido ella la que los había importunado, alzó las manos acalorada.
—¡Ah! S... ¡Sí! —exclamó, levantándose casi de un salto. Y un nuevo pinchazo de dolor se reflejó en su gesto—. Lo... lo siento, no quería molestar. Estaba distraída, y me he tropezado, y...
Hablaba atropelladamente, y al final tuvo que detenerse y rascarse la mejilla arrebolada con el dedo índice. No podía decirles que se había tropezado porque estaba mirándolos. Resultaría extremadamente descortés...
Les dirigió una mirada por el rabillo del ojo. A aquella distancia quedaba evidente el símbolo de Uzushiogakure en las bandanas de metal que ambos lucían sus frentes. Y entonces no le quedaron demasiadas dudas.
—Creo que te he visto antes de los combates de los torneos... —dijo, señalando al de cabellos negros sin poder contenerse por más tiempo—. Tú eras... eh... ¿Hamaca, el Profesional?
—¿Es-estas bien?
De un momento para otro, los dos chicos habían interrumpido su conversación para comprobar su estado. Ayame, consciente de que había sido ella la que los había importunado, alzó las manos acalorada.
—¡Ah! S... ¡Sí! —exclamó, levantándose casi de un salto. Y un nuevo pinchazo de dolor se reflejó en su gesto—. Lo... lo siento, no quería molestar. Estaba distraída, y me he tropezado, y...
Hablaba atropelladamente, y al final tuvo que detenerse y rascarse la mejilla arrebolada con el dedo índice. No podía decirles que se había tropezado porque estaba mirándolos. Resultaría extremadamente descortés...
Les dirigió una mirada por el rabillo del ojo. A aquella distancia quedaba evidente el símbolo de Uzushiogakure en las bandanas de metal que ambos lucían sus frentes. Y entonces no le quedaron demasiadas dudas.
—Creo que te he visto antes de los combates de los torneos... —dijo, señalando al de cabellos negros sin poder contenerse por más tiempo—. Tú eras... eh... ¿Hamaca, el Profesional?