11/09/2017, 14:20
— ¡Yoko! ¡El gato se llamaba Yoko!
El corazón de Eri dio un vuelco cuando el joven rubio exclamó aquello en medio de su relato, ¡parecía que se estaba acordando! Al final, sería él con quien se había encontrado... ¡Era genial!
— Sí, tienes razón, ahora lo recuerdo. Eras tu, sin duda. ¿como podría haber olvidado una chica tan guapa? Este Yota.... En fin, no tenías ninguna obligación de ir a rescatar aquella gata. Digamos... que yo me ocupe del rescate.
—¿De verdad? ¡Eso es maravilloso! —exclamó la joven mientras se levantaba del banco de un salto, presa de la emoción —. ¡Menos mal! Tenía miedo de que al gato le hubiera pasado algo malo... Y... —hizo una breve pausa, para darle incluso más emoción —. ¡T-te acuerdas! Erastú, ¡eras tú! Por eso cuando escuché tu nombre...
Pero luego volvió el arrepentimiento.
—Debo compensarte haberte dejado colgado, dime, ¿qué podría hacer por ti? —preguntó mientras terminaba sus preciados dangos y miraba fijamente a Yota, esperando la petición del chico para poder compensar su huida hacía ya una estación.
El corazón de Eri dio un vuelco cuando el joven rubio exclamó aquello en medio de su relato, ¡parecía que se estaba acordando! Al final, sería él con quien se había encontrado... ¡Era genial!
— Sí, tienes razón, ahora lo recuerdo. Eras tu, sin duda. ¿como podría haber olvidado una chica tan guapa? Este Yota.... En fin, no tenías ninguna obligación de ir a rescatar aquella gata. Digamos... que yo me ocupe del rescate.
—¿De verdad? ¡Eso es maravilloso! —exclamó la joven mientras se levantaba del banco de un salto, presa de la emoción —. ¡Menos mal! Tenía miedo de que al gato le hubiera pasado algo malo... Y... —hizo una breve pausa, para darle incluso más emoción —. ¡T-te acuerdas! Erastú, ¡eras tú! Por eso cuando escuché tu nombre...
Pero luego volvió el arrepentimiento.
—Debo compensarte haberte dejado colgado, dime, ¿qué podría hacer por ti? —preguntó mientras terminaba sus preciados dangos y miraba fijamente a Yota, esperando la petición del chico para poder compensar su huida hacía ya una estación.