12/09/2017, 18:29
(Última modificación: 12/09/2017, 18:30 por Amedama Daruu.)
—¿Volveremos a la aldea?
—Sólo cuando probemos que podemos soportar al bijuu. ¿Me equivoco, Zoku-sama?
Zoku rio.
—¿De qué habláis? —dijo, y se levantó de la silla. Se acercó a la parte izquierda de la habitación donde dos gruesas cortinas tapaban un gran ventanal. Tiró de la cuerda, y cuando la luz del Sol dejó de cegarles, se encontraron frente a una vista elevada de gran parte de su villa.
De su hogar.
—Ya estamos en casa. —Zoku se volvió a la silla y tomó asiento de nuevo—. Concretamente, en mi casa.
»Lleváis tres días durmiendo a pata suelta, vulnerables. Si el bijuu hubiera podido salir, ya lo habría hecho. Si yo no confiase en que el sello es lo bastante seguro, no os habría traído aquí —aseguró—. No obstante, sí que es cierto que aún tenemos que probar los efectos tras el primer despertar. De modo que haremos una cosa muy sencilla.
»Váis a salir ahí fuera y os váis a relajar como es debido, muchachos. Váis a ir a beber, a comer y a reír juntos, y váis a volver aquí antes de las diez —sugirió—. Y dormiréis aquí, donde yo velaré por vuestro sueño. ¿De acuerdo?
Estoy seguro de que en esos momentos, nuestros amigos Uchiha no pudieron obviar un pequeño detalle... Un perchero de madera, que había estado oculto detrás de la cortina. Un perchero del que colgaba una capa blanca, y también un sombrero que se les hizo tremendamente familiar.
Un sombrero de Uzukage.
—Ah, se me olvidaba... —advirtió—. Nadie sabe que sois jinchuuriki. Y nadie debe saberlo. Cuidado con lo que decís y con dónde habláis.
—Sólo cuando probemos que podemos soportar al bijuu. ¿Me equivoco, Zoku-sama?
Zoku rio.
—¿De qué habláis? —dijo, y se levantó de la silla. Se acercó a la parte izquierda de la habitación donde dos gruesas cortinas tapaban un gran ventanal. Tiró de la cuerda, y cuando la luz del Sol dejó de cegarles, se encontraron frente a una vista elevada de gran parte de su villa.
De su hogar.
—Ya estamos en casa. —Zoku se volvió a la silla y tomó asiento de nuevo—. Concretamente, en mi casa.
»Lleváis tres días durmiendo a pata suelta, vulnerables. Si el bijuu hubiera podido salir, ya lo habría hecho. Si yo no confiase en que el sello es lo bastante seguro, no os habría traído aquí —aseguró—. No obstante, sí que es cierto que aún tenemos que probar los efectos tras el primer despertar. De modo que haremos una cosa muy sencilla.
»Váis a salir ahí fuera y os váis a relajar como es debido, muchachos. Váis a ir a beber, a comer y a reír juntos, y váis a volver aquí antes de las diez —sugirió—. Y dormiréis aquí, donde yo velaré por vuestro sueño. ¿De acuerdo?
Estoy seguro de que en esos momentos, nuestros amigos Uchiha no pudieron obviar un pequeño detalle... Un perchero de madera, que había estado oculto detrás de la cortina. Un perchero del que colgaba una capa blanca, y también un sombrero que se les hizo tremendamente familiar.
Un sombrero de Uzukage.
—Ah, se me olvidaba... —advirtió—. Nadie sabe que sois jinchuuriki. Y nadie debe saberlo. Cuidado con lo que decís y con dónde habláis.
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es