13/09/2017, 13:29
Eri miró atentamente al genin de aspecto enfermizo mientras él relataba la historia del por qué había acudido aquel día y a aquella hora a la Cordillera, justamente el mismo día y a la misma hora que ella, dejando todavía su mano sobre sus labios, sin moverse un ápice y mirándole fijamente.
Al parecer había visto a la joven en aquella taberna y, además; a los poco discretos hombres que dialogaban acerca del tesoro perdido en aquel lugar. No tenía el don de la discreción, de eso no había duda; pero, ¿tan obvias eran sus intenciones?
— ...Así que no dudo de que el tesoro exista, sino que seguramente está más custodiado que el baño privado de nuestros Kages.
—Ahí debo de darte la razón —alegó la joven antes de exhalar una bocanada de aire para luego soltarla a modo de suspiro pesado.
Y es que en aquello no había reparado, incluso imaginaba que aquel tesoro secreto estaba seguramente abandonado y sería fácil acceder a él, pero lo único que tenía eran unas descripciones un tanto incoherentes de un hombre al que desconocía y un mapa que había hecho en una servilleta de taberna mientras escuchaba el relato.
Vamos, que en resumen no tenía ni por donde empezar.
—Entonces dije: ¿voy a dejar que ésta pobre muchacha tiente a la suerte, sin saber bien en lo que se está metiendo? no señor. Así que heme aquí, de metido en tus asuntos. Espero que no te moleste, jeje.
Rascó su mejilla izquierda un tanto inquieta por saber que el joven la había seguido hasta allí y ella ni si quiera se había dado cuenta de aquello, pero... Cuatro ojos eran mejor que dos.
—Creo que... Será buena idea ir los dos juntos, shinobi-san —habló ella al cabo de unos segundos —. Mi nombre es Furukawa Eri, kunoichi de Uzushiogakure, un placer.
La joven levantó su mano, esperando a estrecharla con la del chico.
Al parecer había visto a la joven en aquella taberna y, además; a los poco discretos hombres que dialogaban acerca del tesoro perdido en aquel lugar. No tenía el don de la discreción, de eso no había duda; pero, ¿tan obvias eran sus intenciones?
— ...Así que no dudo de que el tesoro exista, sino que seguramente está más custodiado que el baño privado de nuestros Kages.
—Ahí debo de darte la razón —alegó la joven antes de exhalar una bocanada de aire para luego soltarla a modo de suspiro pesado.
Y es que en aquello no había reparado, incluso imaginaba que aquel tesoro secreto estaba seguramente abandonado y sería fácil acceder a él, pero lo único que tenía eran unas descripciones un tanto incoherentes de un hombre al que desconocía y un mapa que había hecho en una servilleta de taberna mientras escuchaba el relato.
Vamos, que en resumen no tenía ni por donde empezar.
—Entonces dije: ¿voy a dejar que ésta pobre muchacha tiente a la suerte, sin saber bien en lo que se está metiendo? no señor. Así que heme aquí, de metido en tus asuntos. Espero que no te moleste, jeje.
Rascó su mejilla izquierda un tanto inquieta por saber que el joven la había seguido hasta allí y ella ni si quiera se había dado cuenta de aquello, pero... Cuatro ojos eran mejor que dos.
—Creo que... Será buena idea ir los dos juntos, shinobi-san —habló ella al cabo de unos segundos —. Mi nombre es Furukawa Eri, kunoichi de Uzushiogakure, un placer.
La joven levantó su mano, esperando a estrecharla con la del chico.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)