13/09/2017, 20:04
Una sonrisa pícara se dibujó en los labios del Uchiha cuando su oponente estuvo lo suficientemente cerca como para saber quién era. «Los dioses tienen un curioso sentido del humor...» Akame se ajustó los correajes de su cinturón y del ninjatō para asegurarse de que estuviesen adecuadamente ceñidos mientras analizaba la situación. «Veamos, ¿qué es lo que sé de este tipo? Es fuerte a distancias cortas, maneja Suiton y puede convertir su cuerpo en agua, igual que Aotsuki. Hum, eso es un problema...» No sólo el hecho de que Umikiba Kaido fuese usuario del elemento Agua contrarrestaba directamente sus técnicas, sino que además era capaz de salir ileso de una puñalada en el corazón.
«¿Cómo se derrota a alguien así?»
Akame estaba dispuesto a encontrar la respuesta a aquel interrogante. Cuando su compañero de aventuras le lanzó un chiste, el Uchiha rió quedamente y asintió con camaradería.
—Aquello fue un buen lío, sí —y luego, alzando más la voz—. ¡Algo me dice que me voy a alegrar mucho de combatir contigo, Kaido-kun! ¿Tú no te quejarás cuando vaya con todo, o sí?
Era hora de comenzar. El Uchiha formó el sello del Tigre con ambas manos y vomitó un chorro de ardientes cenizas que se arremolinaron junto a él para tomar su misma e idéntica forma. Ambos Akames desenvainaron sus ninjatōs y luego echaron a correr hacia Kaido.
La distancia que les separaba era de unos siete metros. El verdadero Akame iba hacia el flanco derecho de Kaido, mientras que el clon de cenizas pretendía atacarle por el lado izquierdo. Cuando los dos Uchiha estuviesen a apenas un par de metros de su objetivo, darían un rápido paso adelante acompañado de un corte de sus espadas. El verdadero Akame trataría de tajar al Tiburón a la altura del cuello, mientras que su clon dirigiría su corte a la parte baja del shinobi.
«¿Cómo se derrota a alguien así?»
Akame estaba dispuesto a encontrar la respuesta a aquel interrogante. Cuando su compañero de aventuras le lanzó un chiste, el Uchiha rió quedamente y asintió con camaradería.
—Aquello fue un buen lío, sí —y luego, alzando más la voz—. ¡Algo me dice que me voy a alegrar mucho de combatir contigo, Kaido-kun! ¿Tú no te quejarás cuando vaya con todo, o sí?
Era hora de comenzar. El Uchiha formó el sello del Tigre con ambas manos y vomitó un chorro de ardientes cenizas que se arremolinaron junto a él para tomar su misma e idéntica forma. Ambos Akames desenvainaron sus ninjatōs y luego echaron a correr hacia Kaido.
La distancia que les separaba era de unos siete metros. El verdadero Akame iba hacia el flanco derecho de Kaido, mientras que el clon de cenizas pretendía atacarle por el lado izquierdo. Cuando los dos Uchiha estuviesen a apenas un par de metros de su objetivo, darían un rápido paso adelante acompañado de un corte de sus espadas. El verdadero Akame trataría de tajar al Tiburón a la altura del cuello, mientras que su clon dirigiría su corte a la parte baja del shinobi.