13/09/2017, 21:18
(Última modificación: 13/09/2017, 21:20 por Amedama Daruu.)
Shanise tosió varias veces cuando Mogura terminó de extraerle una pequeña cantidad de un líquido de un extraño color rosáceo, y, poco a poco, las venas de su piel se fueron deshinchando. Aún así, la mujer todavía respiraba agitada y entrecortadamente, y no tenía aspecto de poder hablar o siquiera de mantener cierto estado de conciencia. Era obvio que el tratamiento de Mogura había surgido efecto, pero todavía debía de quedar veneno en el organismo de Shanise, o quizás una pequeña parte había conseguido trasladarse por su torrente sanguíneo.
Y ahora que la jounin se había quitado las manos del cuello, distinguieron con total claridad el pinchazo de una aguja cerca de su mandíbula...
Allí, a lo lejos, en otro lugar, Marun caminaba sin un rumbo definido. Tan sólo esperaba dejar atrás a sus posibles perseguidores.
—Con suerte, esa desgracia para los Hozuki habrá muerto antes de que logren seguirme el rastro. Lástima que Yui no estuviera durmiendo con ellos.
Y ahora que la jounin se había quitado las manos del cuello, distinguieron con total claridad el pinchazo de una aguja cerca de su mandíbula...
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Allí, a lo lejos, en otro lugar, Marun caminaba sin un rumbo definido. Tan sólo esperaba dejar atrás a sus posibles perseguidores.
—Con suerte, esa desgracia para los Hozuki habrá muerto antes de que logren seguirme el rastro. Lástima que Yui no estuviera durmiendo con ellos.
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