15/09/2017, 12:18
— Sí. Quiero que me beses. Pero nada de besitos artificiales, quiero uno de verdad.
...
Nada, en el cerebro de la kunoichi no había nada, ni información, ni ideas, si quiera réplicas. Su cara al principio estaba igual que antes de que Yota dijese lo que quería, pero luego fue cambiando, poco a poco, como si las palabras estuviesen entrando por un pequeño conducto hacia su mente y fueran procesadas poco a poco. Su rostro normalmente sonrosado, adquirió un tono carmesí digno de su propia villa mientras que sus ojos se abrieron casi como dos platos grandes.
—Pero... Yota-san... —intentó decir con una voz extrañamente más chillona de lo normal, seguramente porque se encontraba en un estado de nervios impropio de ella —. Sé que no puedo... Negarme pero... T-tengo novio...
«¡Quién me mandará prometer cosas!»
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Nada, en el cerebro de la kunoichi no había nada, ni información, ni ideas, si quiera réplicas. Su cara al principio estaba igual que antes de que Yota dijese lo que quería, pero luego fue cambiando, poco a poco, como si las palabras estuviesen entrando por un pequeño conducto hacia su mente y fueran procesadas poco a poco. Su rostro normalmente sonrosado, adquirió un tono carmesí digno de su propia villa mientras que sus ojos se abrieron casi como dos platos grandes.
—Pero... Yota-san... —intentó decir con una voz extrañamente más chillona de lo normal, seguramente porque se encontraba en un estado de nervios impropio de ella —. Sé que no puedo... Negarme pero... T-tengo novio...
«¡Quién me mandará prometer cosas!»