15/09/2017, 16:06
—¡Algo me dice que me voy a alegrar mucho de combatir contigo, Kaido-kun! ¿Tú no te quejarás cuando vaya con todo, o sí?
—Me ofendería si no lo hicieras, compañero.
Akame fue el elegido para dar inicio a tan esperado combate, ejecutando con premura un único sello. Kaido pudo ver de forma privilegiada cómo desde sus fauces salía un caudal de cenizas calientes que se arremolinaron entre sí, convirtiéndose finalmente en una réplica idéntica a la de su ejecutor. Ambos desenvainaron confianzudos sus armas filosas, y cada uno tomó un flanco.
El verdadero Akame se dirigió hacia la diestra del escualo. Su clon, no obstante, tomó el otro costado.
Percibida las intenciones, el Hozuki afianzó su cuerpo en posición de combate y llevó su mano derecha hasta el portaobjetos del que extraería un kunai, sólo cuando el uzujin y su copia estuviesen a menos de tres metros de distancia. Antes de que ellos pudieran ejecutar ese último paso mortal en el que pretendían cortar a Kaido en pedacitos, un intenso brillo saldría despedido desde la punta de aquel kunai desenvainado, que en un coletazo del brazo habría potenciado el brillo del sol a través del chakra concentrado en él para cegar por unos instantes a sus oponentes. Siendo arrojado, además, en el mismo movimiento, donde el arma tomó rumbo hacia la pierna derecha del Akame ubicado hacia su diestra; mientras el escualo se había impulsado apenas dos pasos atrás en el proceso para recuperar algo de espacio.
Luego, un único sello; que obligó al escualo a inflar su pecho y a escupir una bala de agua comprimida, de poco más de un metro de diámetro, que voló certera y veloz hasta los linderos del Akame real, en vía a su pecho.
—Me ofendería si no lo hicieras, compañero.
Akame fue el elegido para dar inicio a tan esperado combate, ejecutando con premura un único sello. Kaido pudo ver de forma privilegiada cómo desde sus fauces salía un caudal de cenizas calientes que se arremolinaron entre sí, convirtiéndose finalmente en una réplica idéntica a la de su ejecutor. Ambos desenvainaron confianzudos sus armas filosas, y cada uno tomó un flanco.
El verdadero Akame se dirigió hacia la diestra del escualo. Su clon, no obstante, tomó el otro costado.
Percibida las intenciones, el Hozuki afianzó su cuerpo en posición de combate y llevó su mano derecha hasta el portaobjetos del que extraería un kunai, sólo cuando el uzujin y su copia estuviesen a menos de tres metros de distancia. Antes de que ellos pudieran ejecutar ese último paso mortal en el que pretendían cortar a Kaido en pedacitos, un intenso brillo saldría despedido desde la punta de aquel kunai desenvainado, que en un coletazo del brazo habría potenciado el brillo del sol a través del chakra concentrado en él para cegar por unos instantes a sus oponentes. Siendo arrojado, además, en el mismo movimiento, donde el arma tomó rumbo hacia la pierna derecha del Akame ubicado hacia su diestra; mientras el escualo se había impulsado apenas dos pasos atrás en el proceso para recuperar algo de espacio.
Luego, un único sello; que obligó al escualo a inflar su pecho y a escupir una bala de agua comprimida, de poco más de un metro de diámetro, que voló certera y veloz hasta los linderos del Akame real, en vía a su pecho.