16/09/2017, 14:34
Al parecer lo del mote era un tiburón —obvio— que le pusieron en la academia, e incluso pareció gustarle bastante, pues lo adquirió como algo personal. «Estoy cien por cien segura que es por los dientes... Seguro, fijo... Ya preguntaré la próxima vez a alguien de Amegakure para indagar un poco.»
Sin embargo lo último que dijo no le gustó mucho, ya que, como ella, parecía que mucha gente había juzgado antes al genin por el nombre —y el apodo— que por como era él, y eso seguramente no le sentase muy bien al joven aunque dijese lo contrario.
— Vaya, pues te queda bien —alegó la joven con una sonrisa. Aunque aún estuviese un tanto tensa ya que el desconocido tenía una pinta la mar de extraña, tenía que ir acostumbrándose, ¡era un compañero de oficio, y por lo cual, los mismos cometidos que ella! O eso esperaba —. Es decir, creo que te pega bastante.
Comenzó a caminar hacia la cueva que había señalado a Kaido, a medida que se adentraban la luz se hacía menor y la temperatura parecía descender un par de grados, pasando a un calor infernal de verano a uno más fresco, típico de un amanecer de primavera. Con suerte no tardaron en salir de aquel lugar y encontrarse con otras dos sendas que conducían cada una a un lugar.
La izquierda tenía un cartel a medio borrar, solo podía leerse la palabra "inferior", mientras que la otra no contaba con ninguna placa para identificar hacia dónde dirigía.
—Vaya... Creo que no recuerdo bien si era por la derecha o la izquierda... —declaró la joven mientras se rascaba la nuca —. Voy a mirar un poco la derecha, a ver si veo algo que identifique el lugar que describieron. Recuerda: una cueva ancha y muy larga, no se divisa el final.
Luego se acercó poco a poco a la de la derecha, se adentró lentamente y metió su curiosa nariz dentro, sin embargo...
Crunch.
—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHG!
Eri cayó por un agujero, a la izquierda de la entrada de la cueva que acababa de entrar.
Sin embargo lo último que dijo no le gustó mucho, ya que, como ella, parecía que mucha gente había juzgado antes al genin por el nombre —y el apodo— que por como era él, y eso seguramente no le sentase muy bien al joven aunque dijese lo contrario.
— Vaya, pues te queda bien —alegó la joven con una sonrisa. Aunque aún estuviese un tanto tensa ya que el desconocido tenía una pinta la mar de extraña, tenía que ir acostumbrándose, ¡era un compañero de oficio, y por lo cual, los mismos cometidos que ella! O eso esperaba —. Es decir, creo que te pega bastante.
Comenzó a caminar hacia la cueva que había señalado a Kaido, a medida que se adentraban la luz se hacía menor y la temperatura parecía descender un par de grados, pasando a un calor infernal de verano a uno más fresco, típico de un amanecer de primavera. Con suerte no tardaron en salir de aquel lugar y encontrarse con otras dos sendas que conducían cada una a un lugar.
La izquierda tenía un cartel a medio borrar, solo podía leerse la palabra "inferior", mientras que la otra no contaba con ninguna placa para identificar hacia dónde dirigía.
—Vaya... Creo que no recuerdo bien si era por la derecha o la izquierda... —declaró la joven mientras se rascaba la nuca —. Voy a mirar un poco la derecha, a ver si veo algo que identifique el lugar que describieron. Recuerda: una cueva ancha y muy larga, no se divisa el final.
Luego se acercó poco a poco a la de la derecha, se adentró lentamente y metió su curiosa nariz dentro, sin embargo...
Crunch.
—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHG!
Eri cayó por un agujero, a la izquierda de la entrada de la cueva que acababa de entrar.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)