17/09/2017, 18:06
(Última modificación: 17/09/2017, 20:59 por Umikiba Kaido.
Razón: Cambio rápido en el último párrafo
)
Cualquier de los espectadores, y hasta el propio Kaido; habrían podido pensar que se necesitaría más que talento para poder evitar que aquella bala de agua suya llegase hasta el pecho de Akame y la acariciase con la potencia de mil mareas. Porque: ¿cómo era posible que reaccionara a tiempo?
Pero imposible venía siendo una palabra que Akame comenzaría a rechazar constantemente, incluso en esa ocasión.
El uzujin se las arregló para, de alguna forma, equiparar casi al unísono el sello realizado por el gyojin. Kaido podría haber supuesto que se trataría de alguna técnica katon, lo que le haría saber que los reflejos de su oponente eran más que envidiables, pero éste incluso fue más allá. Lo que surgió de su boca, al igual que de la suya, fue una potente bala de agua idéntica a la que él arrojó, las cuales colisionaron entre sí y debatieron en un intenso duelo de poderes en el que el chakra de Akame se sobrepuso cual dictador y continuó su paso firme hacia Kaido.
Habiendo tiempo para pensar en ello después, y teniendo en cuenta también que ya el clon de su oponente tendría intenciones de atacarlo por el rabillo del ojo, el gyojin invocó a la bendición de Ame no Kami y se convirtió en lo más preciado para el magnánimo Dios de las tierras de la Tormenta: en agua, a su imagen y semejanza.
«¡No subestimes a los putos Hozuki, Uchiha de mierda!»
El cuerpo de Kaido se transformó instantáneamente en un manojo de agua que explotó tras la patada del clon y que cedió al suelo en su totalidad debido a la magnitud del golpe la teppōdama. Los dos Akame tomarían cada uno un par de pasos atrás, quedando cada uno a cinco metros del escualo, quien terminó de reconstruir su cuerpo en su forma original justo cuando los dos Akame hubieran tomado sus nuevas posiciones, aunque él ésta vez un pequeño paso más atrás.
Kaido quedó con rostro en ristre, sonriente, mirando a cada oponente por el rabillo del ojo. Con el bunshin elemental a su izquierda, y el otro a su derecha. Ambos inclinados ligeramente en diagonal. Sus manos moviéndose ansiosamente como un pistolero del oeste.
Pero imposible venía siendo una palabra que Akame comenzaría a rechazar constantemente, incluso en esa ocasión.
El uzujin se las arregló para, de alguna forma, equiparar casi al unísono el sello realizado por el gyojin. Kaido podría haber supuesto que se trataría de alguna técnica katon, lo que le haría saber que los reflejos de su oponente eran más que envidiables, pero éste incluso fue más allá. Lo que surgió de su boca, al igual que de la suya, fue una potente bala de agua idéntica a la que él arrojó, las cuales colisionaron entre sí y debatieron en un intenso duelo de poderes en el que el chakra de Akame se sobrepuso cual dictador y continuó su paso firme hacia Kaido.
Habiendo tiempo para pensar en ello después, y teniendo en cuenta también que ya el clon de su oponente tendría intenciones de atacarlo por el rabillo del ojo, el gyojin invocó a la bendición de Ame no Kami y se convirtió en lo más preciado para el magnánimo Dios de las tierras de la Tormenta: en agua, a su imagen y semejanza.
«¡No subestimes a los putos Hozuki, Uchiha de mierda!»
El cuerpo de Kaido se transformó instantáneamente en un manojo de agua que explotó tras la patada del clon y que cedió al suelo en su totalidad debido a la magnitud del golpe la teppōdama. Los dos Akame tomarían cada uno un par de pasos atrás, quedando cada uno a cinco metros del escualo, quien terminó de reconstruir su cuerpo en su forma original justo cuando los dos Akame hubieran tomado sus nuevas posiciones, aunque él ésta vez un pequeño paso más atrás.
Kaido quedó con rostro en ristre, sonriente, mirando a cada oponente por el rabillo del ojo. Con el bunshin elemental a su izquierda, y el otro a su derecha. Ambos inclinados ligeramente en diagonal. Sus manos moviéndose ansiosamente como un pistolero del oeste.