20/09/2017, 04:39
Mientras Akame consumía su píldora, el escualo aguardó pacientemente en su posición. Sus brazos rígidos firmes como los de un capitán de brigada, y sus piernas ligeramente más sueltas, mientras que su rostro azulado se dedicaba a echarle un ojo a cada Akame, esperando a que alguno hiciera su movimiento.
Entonces lo vio: a unos séis metros, el primero de ellos esgrimió su ninjato e inició su acometida. El segundo también le acompañó. Pero el escualo no iba a soportar que, de nuevo, le hicieran la misma jugada. Al contrario, le bastó un segundo de flexionar sus piernas y mover una de ellas hacia adelante, con su mano derecha ejecutando el sello de carnero al instante.
Luego, desapareció en un destello.
Pero ahí, en donde había estado él, su mano izquierda también les había dejado un regalo. La hikaridama que tenía previamente en la mano izquierda —la que además, estaba fuera del rango de visión del Akame real—. cayó luego de su fugaz desaparición, generando una explosión luminosa que cegaría, ésta vez, a sus oponentes de una forma más potente y considerable que en la ocasión en la que usó el Iado.
Kaido haría acto de aparición a unos 6 metros de distancia por detrás de Akame y ejecutaría tres sellos rápidos con gran destreza, con el cual inflaría su pecho y volcaría sus fauces hacia adelante, dejando que el chakra hiciera emanar una gran cantidad de agua que se transformó de pronto en una figura brillante y concentrada con la forma de un tiburón, que avanzó potente y mortal dispuesto a clavar sus fauces de agua al Uchiha.
«¡Suiton: Suikōdan no Jutsu!»
Entonces lo vio: a unos séis metros, el primero de ellos esgrimió su ninjato e inició su acometida. El segundo también le acompañó. Pero el escualo no iba a soportar que, de nuevo, le hicieran la misma jugada. Al contrario, le bastó un segundo de flexionar sus piernas y mover una de ellas hacia adelante, con su mano derecha ejecutando el sello de carnero al instante.
Luego, desapareció en un destello.
Pero ahí, en donde había estado él, su mano izquierda también les había dejado un regalo. La hikaridama que tenía previamente en la mano izquierda —la que además, estaba fuera del rango de visión del Akame real—. cayó luego de su fugaz desaparición, generando una explosión luminosa que cegaría, ésta vez, a sus oponentes de una forma más potente y considerable que en la ocasión en la que usó el Iado.
Kaido haría acto de aparición a unos 6 metros de distancia por detrás de Akame y ejecutaría tres sellos rápidos con gran destreza, con el cual inflaría su pecho y volcaría sus fauces hacia adelante, dejando que el chakra hiciera emanar una gran cantidad de agua que se transformó de pronto en una figura brillante y concentrada con la forma de un tiburón, que avanzó potente y mortal dispuesto a clavar sus fauces de agua al Uchiha.
«¡Suiton: Suikōdan no Jutsu!»