20/09/2017, 12:27
Ayame rompió la reverencia y le miró, rencorosa, entrecerrando los párpados. Daruu le respondió sacándole la lengua como un chiquillo. Entonces, la muchacha se giró hacia los adultos de la mesa y exclamó, indignada:
—¡No es justo! ¡La idea fue de él! —le señaló, inculpándolo.
Daruu abrió la boca, e intercambió sendas miradas con el resto de los comensales y con Ayame, incapaz de creerse lo que estaba oyendo.
—¡Me metió en un Genjutsu con avispas! ¡Va de inocente pero ella iba en serio también! —alegó Daruu. Se giró hacia ella, y estirando de su ropa, le espetó—: ¡Ahora no intentes excluirte de las consecuencias, A-YA-ME.
Los dos empezaron a pelearse, dándose manotazos y profiriéndose un intercambio de insultos que crecía exponencialmente en tono y volumen. Zetsuo y Kiroe se levantaron al unísono, se desplazaron hacia sus hijos y, sin más dilación, hicieron chocar sus cabezas.
—¡Basta ya!
—¡No es justo! ¡La idea fue de él! —le señaló, inculpándolo.
Daruu abrió la boca, e intercambió sendas miradas con el resto de los comensales y con Ayame, incapaz de creerse lo que estaba oyendo.
—¡Me metió en un Genjutsu con avispas! ¡Va de inocente pero ella iba en serio también! —alegó Daruu. Se giró hacia ella, y estirando de su ropa, le espetó—: ¡Ahora no intentes excluirte de las consecuencias, A-YA-ME.
Los dos empezaron a pelearse, dándose manotazos y profiriéndose un intercambio de insultos que crecía exponencialmente en tono y volumen. Zetsuo y Kiroe se levantaron al unísono, se desplazaron hacia sus hijos y, sin más dilación, hicieron chocar sus cabezas.
—¡Basta ya!