20/09/2017, 18:28
Los cinco pidieron sus respectivos platos. Como ya he contado, Daruu pidió una pizza kusareña y Kiroe un plato de pollo al limón. Zetsuo pidió salmón a la plancha —a lo que Daruu respondió arrugando la nariz y sacando la lengua detrás del cartón de la carta—, Kori-sensei pidió Yakitori, y, por último, a Ayame le apeteció un Katsu Don. Entregaron las cartas al camarero, quien se retiró tras dedicarles una torpe reverencia, y todos volvieron a sus caras de cabreo anteriores... si es que alguna vez las habían dejado atrás.
Daruu apoyó los codos en la mesa, y la cabeza en las manos. Menuda cenita, qué bien había empezado.
—¿De verdad...? ¿Piza... con piña...? —importunó Ayame.
Daruu resopló, y espetó, con frialdad, sin siquiera dirigirle la mirada:
—Qué sabrás tú de pizza, si ni siquiera sabes cómo pronunciarla. Como para saber comerla.
Daruu apoyó los codos en la mesa, y la cabeza en las manos. Menuda cenita, qué bien había empezado.
—¿De verdad...? ¿Piza... con piña...? —importunó Ayame.
Daruu resopló, y espetó, con frialdad, sin siquiera dirigirle la mirada:
—Qué sabrás tú de pizza, si ni siquiera sabes cómo pronunciarla. Como para saber comerla.