21/09/2017, 16:19
«No fue buena idea »dijo finalmente en su cabeza dispuesta a irse por donde vino.
Pero la puerta se abrió y unos ojos teñidos de rojo se clavaron en ella. Ojos tan particulares pero que a ella se le estaban haciendo tan normales de ver que sería extraño que pasara un solo día sin ver un sharingan.
No hubiese sido extraño que reaccionase mal, que la insultase o algo por llamar a la puerta a cualquier hora de la noche pero en su lugar recibió un trato ameno. Al menos el tono de voz del contrario no era agresivo.
—Lamento la molestia —se apresuró a decir ante la pregunta.
La chica seguía hecha un matojo de nervios y le estaba costando horrores contener el temblor de sus piernas, pero ya era tarde para echarse atrás así que prosiguió, evitando el contacto visual a causa de los nervios.
Para empeorar las cosas, al evitar el contacto visual no pudo evitar reparar en el torso desnudo del contrario, más allá del físico y que estaba delante de una persona semi-desnuda, podía ver algunos moratones que no podían ser cosa suya porque no le había puesto ni un dedo encima y del encuentro había pasado bastante ya. «¿Le habrán hecho algo por lo de la revista? »Pero aquella pregunta se quedaría en su cabeza, al menos por ahora.
De momento se centraría en el asunto principal por el que había decidido hacerle visita.
—Quería hablar un poco contigo —dijo con voz temblorosa—. Ya sabes, de lo que nos quedó pendiente de la otra vez.
Claro que si el chico prefería no volver a tocar el tema lo entendería y desaparecería. Aunque en el caso contrario…
—¿Puedo pasar? —añadió tímidamente alzando apenas la vista para verle a los ojos.
Pero la puerta se abrió y unos ojos teñidos de rojo se clavaron en ella. Ojos tan particulares pero que a ella se le estaban haciendo tan normales de ver que sería extraño que pasara un solo día sin ver un sharingan.
No hubiese sido extraño que reaccionase mal, que la insultase o algo por llamar a la puerta a cualquier hora de la noche pero en su lugar recibió un trato ameno. Al menos el tono de voz del contrario no era agresivo.
—Lamento la molestia —se apresuró a decir ante la pregunta.
La chica seguía hecha un matojo de nervios y le estaba costando horrores contener el temblor de sus piernas, pero ya era tarde para echarse atrás así que prosiguió, evitando el contacto visual a causa de los nervios.
Para empeorar las cosas, al evitar el contacto visual no pudo evitar reparar en el torso desnudo del contrario, más allá del físico y que estaba delante de una persona semi-desnuda, podía ver algunos moratones que no podían ser cosa suya porque no le había puesto ni un dedo encima y del encuentro había pasado bastante ya. «¿Le habrán hecho algo por lo de la revista? »Pero aquella pregunta se quedaría en su cabeza, al menos por ahora.
De momento se centraría en el asunto principal por el que había decidido hacerle visita.
—Quería hablar un poco contigo —dijo con voz temblorosa—. Ya sabes, de lo que nos quedó pendiente de la otra vez.
Claro que si el chico prefería no volver a tocar el tema lo entendería y desaparecería. Aunque en el caso contrario…
—¿Puedo pasar? —añadió tímidamente alzando apenas la vista para verle a los ojos.