21/09/2017, 16:50
Los ojos de Akame ya habían vuelto a la normalidad —al no intuir peligro alguno—, pero no por eso significaba que el Uchiha estaba a salvo. Las preguntas de una chica en ese contexto podían ser para él más filosas que cualquier daga. Afortundamente Koko no parecía molesta, o cabreada, y eso alivió visiblemente al muchacho.
Sin embargo, todavía estaba el asunto de lo que quiera que hubiese ocurrido entre ellos. Cuando la kunoichi se lo preguntó sin tapujos, Akame se puso blanco como un lienzo y bajó la mirada. Su cabeza trabajaba a toda velocidad, tratando de encontrar la respuesta correcta. Pero, ¿acaso la había? Ni siquiera él mismo sabía qué era lo que debía decir... Así que al final optó por ser sincero.
—Eh, Koko-san, yo... —alzó la mirada y la clavó en ella—. ¡No me aproveché de nada, te lo prometo! Creo que eres una chica muy guapa y simpática, y te agradezco lo que hiciste por mí ese día...
Akame se refería a la comida juntos y a toda la conversación en la que él se había desahogado a gusto, pero no sabía si ella lo interpretaría así.
—Pero... Eh... Bueno... Yo... —volvió a mirar a la rubia—. Sólo quiero que sepas que te respeto profundamente como compañera de profesión, creo que eres una kunoichi genial y... Pero... Bueno, pero eso, que somos colegas de trabajo. No sé, ya sabes como funcionan estas cosas, ¿no? Un día estás y al siguiente...
El Uchiha hizo un gesto con su mano derecha, un gesto que pretendía expresar lo frágil que era la vida de un ninja.
Sin embargo, todavía estaba el asunto de lo que quiera que hubiese ocurrido entre ellos. Cuando la kunoichi se lo preguntó sin tapujos, Akame se puso blanco como un lienzo y bajó la mirada. Su cabeza trabajaba a toda velocidad, tratando de encontrar la respuesta correcta. Pero, ¿acaso la había? Ni siquiera él mismo sabía qué era lo que debía decir... Así que al final optó por ser sincero.
—Eh, Koko-san, yo... —alzó la mirada y la clavó en ella—. ¡No me aproveché de nada, te lo prometo! Creo que eres una chica muy guapa y simpática, y te agradezco lo que hiciste por mí ese día...
Akame se refería a la comida juntos y a toda la conversación en la que él se había desahogado a gusto, pero no sabía si ella lo interpretaría así.
—Pero... Eh... Bueno... Yo... —volvió a mirar a la rubia—. Sólo quiero que sepas que te respeto profundamente como compañera de profesión, creo que eres una kunoichi genial y... Pero... Bueno, pero eso, que somos colegas de trabajo. No sé, ya sabes como funcionan estas cosas, ¿no? Un día estás y al siguiente...
El Uchiha hizo un gesto con su mano derecha, un gesto que pretendía expresar lo frágil que era la vida de un ninja.