21/09/2017, 18:56
El chico se levantó sumamente alterado y agitando los brazos, parecía en pleno ataque de pánico que la Kageyama no entendía y así lo expresó alzando solo una ceja. Hasta que se percató de que había estado pensando en voz alta.
—Ups… —Fue lo único que dijo.
Pero no se mostró apenada ni similares, el chico de nuevo buscaba justificarse y terminó por pronunciar palabras que la hicieron fruncir el entrecejo en molestia. Por si fuera poco, la chica se levantó de golpe ignorando si con ello obligaba al contrario a retroceder o si en consecuencia le chocaba de alguna manera.
—¿Y qué tiene que seamos ninjas? ¡Seguimos siendo personas! —afirmó algo molesta al respecto—. No importa cuán profesional quieras ser, no vas a poder deshacerte de tus sentimientos y justamente a mi no me lo vas a poder negar.
Lo último hacía referencia a ese momento algo íntimo que tuvieron en la tienda del sushi. Lugar donde el profesional no soportó más y se quebró ante los ojos bicolor de la Kageyama.
Aun así, no le dejaría la posibilidad de responder.
—¿O será que me lo dices solo para no hacerme sentir mal? —Le escupió sin pudor alguno. Sin temor a la reacción del contrario.
Pero por si fuera poco, sin aviso previo tomó al chico por el rostro y avanzó más hacia él siendo esta vez, ella quien diera el primer paso aunque solo fuera un beso sencillo, uno cálido pero espontáneo tras el cual se quedó mirándole fijamente a la distancia mínima para que ambos pudieran hablar… Aunque esto último provocaría roces.
—¿No vale la pena intentarlo?
—Ups… —Fue lo único que dijo.
Pero no se mostró apenada ni similares, el chico de nuevo buscaba justificarse y terminó por pronunciar palabras que la hicieron fruncir el entrecejo en molestia. Por si fuera poco, la chica se levantó de golpe ignorando si con ello obligaba al contrario a retroceder o si en consecuencia le chocaba de alguna manera.
—¿Y qué tiene que seamos ninjas? ¡Seguimos siendo personas! —afirmó algo molesta al respecto—. No importa cuán profesional quieras ser, no vas a poder deshacerte de tus sentimientos y justamente a mi no me lo vas a poder negar.
Lo último hacía referencia a ese momento algo íntimo que tuvieron en la tienda del sushi. Lugar donde el profesional no soportó más y se quebró ante los ojos bicolor de la Kageyama.
Aun así, no le dejaría la posibilidad de responder.
—¿O será que me lo dices solo para no hacerme sentir mal? —Le escupió sin pudor alguno. Sin temor a la reacción del contrario.
Pero por si fuera poco, sin aviso previo tomó al chico por el rostro y avanzó más hacia él siendo esta vez, ella quien diera el primer paso aunque solo fuera un beso sencillo, uno cálido pero espontáneo tras el cual se quedó mirándole fijamente a la distancia mínima para que ambos pudieran hablar… Aunque esto último provocaría roces.
—¿No vale la pena intentarlo?