21/09/2017, 21:27
Akame prosiguió su carga hacia Kaido, pero cuando estaba a punto de llegar a distancia de cuerpo a cuerpo, adelantó la mano izquierda y arrojó un objeto esférico entre ambos. La hikaridama hizo explosión, provocando un intenso destello que cegó tanto al escualo como al Uchiha... Al falso Uchiha, porque aquel Akame no era sino el clon de cenizas que había tomado una bomba de luz de su amo.
—¡Ahora!
Al escuchar la señal, el verdadero Akame salió de detrás del muro formulando una rápida cadena de sellos. Algo menos de seis metros le separaban de Kaido, y el uzujin estaba decidido a no fallar. Al terminarla, se llevó una mano a los labios.
—¡Katon! ¡Enko Bakusatsu!
Si Amedama Daruu estaba en las gradas, viendo el combate, reconocería aquella técnica al instante. Akame expulsó un chorro de llamas que avanzó hacia Kaido. En el trayecto el fuego se moldeó como si fuese arcilla, adoptando la forma de dos tigres ígneos con rescoldos por ojos. Los animales saltaron hacia el escualo, colisionando brutalmente sobre él y generando una explosión de llamas que envolvió por momentos aquel área del tatami.
Cuando el fuego se disipó, Akame pudo ver a su oponente muy maltrecho; pero aun en pie. El clon de cenizas, que se había apartado en los momentos previos al choque de los tigres, se colocó en el flanco derecho de Kaido. El combate todavía no había terminado. El verdadero Uchiha aprovechó aquel impás para recuperar el aliento que aquella última técnica le había robado.