23/09/2017, 13:18
Akame quedó totalmente mudo ante la réplica de ella. ¿Acaso no tenía razón? Con Koko se había atrevido a mostrar sus verdaderos sentimientos, y ella no sólo le había escuchado sino que le había confortado, llenando su corazón de paz. Había sido la primera y única persona a la que contara sobre la muerte de Haskoz; ella no tuvo más que buenas palabras y caricias para él en ese momento.
De repente Koko despegó las manos de su rostro y se alejó —Akame quiso suplicarle que no lo hiciera, pero no dijo nada—, lanzándole otra de sus preguntas directas y brutales. El Uchiha agachó la cabeza. Aquella chica era más de lo que él jamás hubiese podido imaginar a su alcance, y durante los últimos minutos había estado echando por tierra todos y cada uno de sus argumentos en contra. «¿De verdad... De verdad le intereso?» Akame se encontraba estupefacto ante aquella simple idea, como un niño que contempla el ancho mar por primera vez en la vida.
Sus pies se movieron hacia delante, recuperando la cercanía que Koko había eliminado momentos antes. Akame la miró a los ojos, la agarró por la cintura con ambas manos y acercó su rostro al de ella hasta casi tocarse ambas narices.
—Sí, Koko-san —respondió, y buscó entonces darle un beso fugaz—. Ni siquiera sé cómo expresarlo... Es sólo que... Yo... Yo nunca imaginé algo así. Ni en mis mejores sueños, yo...
De repente el Uchiha se dio cuenta de que quizás estaba hablando demasiado, y simplemente buscó los labios de aquella chica con una pasión renovada.
Pese a la locura que acababa de cometer, ni siquiera mucho tiempo después se arrepentiría de lo ocurrido aquella noche.
De repente Koko despegó las manos de su rostro y se alejó —Akame quiso suplicarle que no lo hiciera, pero no dijo nada—, lanzándole otra de sus preguntas directas y brutales. El Uchiha agachó la cabeza. Aquella chica era más de lo que él jamás hubiese podido imaginar a su alcance, y durante los últimos minutos había estado echando por tierra todos y cada uno de sus argumentos en contra. «¿De verdad... De verdad le intereso?» Akame se encontraba estupefacto ante aquella simple idea, como un niño que contempla el ancho mar por primera vez en la vida.
Sus pies se movieron hacia delante, recuperando la cercanía que Koko había eliminado momentos antes. Akame la miró a los ojos, la agarró por la cintura con ambas manos y acercó su rostro al de ella hasta casi tocarse ambas narices.
—Sí, Koko-san —respondió, y buscó entonces darle un beso fugaz—. Ni siquiera sé cómo expresarlo... Es sólo que... Yo... Yo nunca imaginé algo así. Ni en mis mejores sueños, yo...
De repente el Uchiha se dio cuenta de que quizás estaba hablando demasiado, y simplemente buscó los labios de aquella chica con una pasión renovada.
Pese a la locura que acababa de cometer, ni siquiera mucho tiempo después se arrepentiría de lo ocurrido aquella noche.