23/09/2017, 20:50
«¿¡HIJOOOOOOOOOOOOOOOOOS!?»
—¡No! ¡No, claro que no! —exclamó, olvidándose por un momento de que eran más de las doce de la noche.
Akame retrocedió un paso contorsionando todo su cuerpo y con una mueca de estupefacción absoluta, resultando en una pose casi cómica. Recuperado del impacto inicial, se llevó ambas manos a la cabeza mientras negaba lentamente. Le empezaban a doler las sienes; no es que fuese una persona poco habituada a pensar, pero aquel rompecabezas que estaba resultando ser un acercamiento lujurioso entre dos adolescentes estaba volviéndole completamente loco. Era como una carrera, solo que cada vez que estaba a punto de llegar a la meta, la línea de final cambiaba de sitio.
—No es eso... Claro... Yo... —trató de hablar, pero la vista y la atención se le desvió inevitablemente hacia el punto entre las piernas de Koko, ahora oculto por sus brazos—. Ejem, bueno. ¿Qué tan bueno dirías que soy besando?
No había nada como una pregunta estúpida para reconducir cualquier situación.
—¡No! ¡No, claro que no! —exclamó, olvidándose por un momento de que eran más de las doce de la noche.
Akame retrocedió un paso contorsionando todo su cuerpo y con una mueca de estupefacción absoluta, resultando en una pose casi cómica. Recuperado del impacto inicial, se llevó ambas manos a la cabeza mientras negaba lentamente. Le empezaban a doler las sienes; no es que fuese una persona poco habituada a pensar, pero aquel rompecabezas que estaba resultando ser un acercamiento lujurioso entre dos adolescentes estaba volviéndole completamente loco. Era como una carrera, solo que cada vez que estaba a punto de llegar a la meta, la línea de final cambiaba de sitio.
—No es eso... Claro... Yo... —trató de hablar, pero la vista y la atención se le desvió inevitablemente hacia el punto entre las piernas de Koko, ahora oculto por sus brazos—. Ejem, bueno. ¿Qué tan bueno dirías que soy besando?
No había nada como una pregunta estúpida para reconducir cualquier situación.